No teman mis lectores más pacatos, que no voy a hablar de marranadas. Bueno. O sí; que al final de esta Cabra les tengo preparada una sorpresa que algo marrana sí que puede ser. Pero yendo al título, cuando digo perversiones no pienso en la zona inferior a la cadera, sino en nuestros políticos. Me refiero a la habilidad con la que algunos políticos pervierten el lenguaje y la realidad para que, en vez de una oblea, nos traguemos en la Comunión una rueda de molino del tamaño de un todoterreno. Y, en eso, como en todo, hay unos que lo hacen mejor y otros peor. Un buen político es aquel que, después de haber oído 70 veces junto a ti la canción de Roberto Carlos, consigue convencerte de que el gato es rojo y está contentísimo. El mal político es el que, cuando te dice eso, piensas; este tío es gilipollas. Y en los últimos tiempos tenemos un montón de ejemplos. Rajoy y parte de su gobierno y su partido dejando claro que el que se devuelvan pagas, Moscosos y otras cosas a los funcionarios no es una medida electoralista. Pablo Iglesias intentando convencernos de que los leninistas amables, en menos de un año, han devenido poco menos que en demócrata-cristianos. Mas asegurando que el que se le llame a declarar por incumplir la Ley es una merma de la democracia. O el Presidente del CGPJ diciendo, en ese mismo acto, que la justicia no está politizada.
El político suele estar tan rodeado de pelotas que le cuentan milongas que acaban pensando que los ciudadanos somos imbéciles. Y a veces, la verdad, parece que lo somos, pero por lo general, tarde o temprano, nos acabamos dando cuenta de que nos la quieren dar con queso. Y, cuando el político y su entorno se topan con la realidad, sufren una estupefacción ilimitada. Pongo el ejemplo de la ex mujer del ex alcalde de Marbella, Julián Muñoz. Está en prisión y, el otro día, salía por la tele su abogado diciendo literalmente: “Maite siente que está sufriendo un auténtico escarmiento”. ¡Caramba!, ¿y qué se creía? Es que algunos, y los políticos forman parte de esos algunos, se convencen de que no pasa nada por meter la mano en la caja, por llevarte a casa bolsas con billetes de 500, por colocar a los cuñados, por darle una obrita a tu colega, o por montar una empresa con testaferros, otorgarle contratas y forrarte, que, total, quién se va a enterar. Muchos han mostrado piedad, lastima o empatía con Julián Muñoz, al que hemos visto, en estos días, demacrado y hundido en el juzgado. Yo no le deseo a este hombre ningún mal. Pero creo que esa imagen debe mostrarse para que los políticos y los malos en general vean lo que castiga la cárcel. Que no es una broma. Que si robas, la cagas. Otra cosa es que yo tenga la sensación de que este ex alcalde de Marbella se esta comiendo todos los marrones que no se han comido otros muchos. Es el cabeza de turco. Que se vea que hay justicia y si, en el trayecto, algún otro se nos escapa pues bueno, qué se le va a hacer.
Esa estupefacción de Maite Zaldívar es similar a la que está sufriendo Pablo Iglesias después de la leche que se dieron en Cataluña. Iglesias es otro que está rodeado de pelotas en modo “máxima laudatio” y es de esos que, no sólo te convencen de que el gato es verde y alegre, sino que, además, te asegura que es un perro. Oye; es que lo hace tan bien que le oyes maullar diciendo guau. Este vendedor de elixires era un comunista convencido hasta hace un año y pico. He visto vídeos y he leído escritos y diversos programas y pre-programas de Podemos y pre-Podemos que me provocaban un grave erizamiento de los pelos de la nuca. Porque el comunismo, no sé por qué, tiene mucha mejor imagen que el fascismo, pero yo, cuando oigo a los políticos de ambos ismos se me encoge el estómago y alguna cosa más.
Lo único que diferencia a los tiranos comunistas de los tiranos fascistas es el camino para llegar a la tiranía. El fascista tiene claro desde el principio que debe ser él, y nadie más, el que conduzca al pueblo por el buen camino porque, sin su guía, los pobres, están perdidos. El comunista va de otro rollo; que si el proletariado, que si decidimos entre todos, que si las asambleas, pero luego llega un momento en el que se dan cuenta de que nadie como ellos para liderar el proceso y notan lo que molestan los que no opinan como tú. Y empiezas a desacreditarles y, si con eso no es suficiente, los encarcelas o, directamente, te los cepillas. Que es más barato y ayuda mucho más a infundir pavor, que esa es la base de funcionamiento del fascismo y el comunismo. Y como los de Podemos ven que el comunismo da miedito pues ahí están en un viaje hacia la moderación. Ya no hablan de guillotinas, ni de asaltar el Parlamento, ni de expropiar a los ricos, ni de un sueldo para todos. No. Ahora Pablo Iglesias pretende ir de demócrata de toda la vida y han edulcorado tanto su mensaje que, en Cataluña, los más radicales de izquierda le han dicho: que te den. Y de ahí su estupefacción; que ve que el muchacho de naranja ha hecho calar su mensaje mejor que ellos y por eso a Albert Rivera le llueven golpes desde Podemos, PP, PSOE, CDC, ERC… Igual es que están haciendo algo bien.
Y por cierto, les había prometido una marranada para el final. Bueno, más que marranada, para mí es una sorpresa mayúscula. Es un cartel de publicidad de una clínica ginecológica que me encontré el otro día en un aparcamiento público de Málaga. Un cartel de casi dos metros por uno. El título más gordo hay que reconocer que es jugoso, porque anuncia la “Ampliación del punto G”, pero no se pierdan el resto de imaginativos tratamientos que propone el doctor para el aparato reproductor de la mujer. Lo mejor fue el comentario de uno de mi equipo al ver semejante publicidad: “¿Pero qué coño es esto?”
Pues eso.
Cada dia me gusta mas leerte….en cada lectura me sorprendes,,,,un abrazo
Muchas gracias, Guillem. Me alegro de que seas Cabrero. Un abrazo.
Buenos días Carlos, como me gusta este tema y me encanta como lo que has contado. Muchas veces cuando veo en la televisión imágenes de políticos como encantadores de serpientes que hipnotizan al público contestando, dando minidiscursos o ahora en campaña en la calle, entre la gente. Alucino de las caras y sonrisas bobas del entorno, de los selfies que quieren hacerse, de cómo estrechan las manos, prometiendo lo que sea; los ciudadanos encantados(aunque los hayan criticado)y los políticos más . Sí es verdad que alguno hay que tiene una verborrea o maneras que ilusionan de primera, poca vergüenza digo yo que es, por eso vuelvo a lo de siempre, «la culpa» la tenemos los españoles, tan pasionales que odiamos o amamos según lo que queramos oír, que a estas alturas ya tendríamos que saber discernir entre verdades y mentiras, directamente nos dejamos que nos tomen el pelo. Si a los funcionarios les devuelven la paga, pues que buenos son y si el lado opuesto se le levanta, se va y cuelga unas banderas ante el rey de España en Bruselas, claro que sí, para eso esta la democracia, pues mira no. Eso es ante todo una falta de educación, una falta de civismo y tendrían que largar de los partidos a éstos que estamos pagando para que aguanten sentaditos en su sillón. Que listo Pablo Iglesias, que se quedó, y no puso bandera porque igual se despista y saca la de Venezuela.
A los políticos hay que aprender a verlos como personas no como semidioses, ahí estaba Soraya Saénz de Santamaría marcándose un baile, para mi la más lista de su partido, es la chica para todo y da la talla aunque sea bajita. Por otro lado los lloros de Garzón mientras Iglesias le sigue haciendo desplantes…..y mientras Rivera aupándose de forma bastante sensata, aunque le lluevan tomatazos de izquierda y derecha.
Lo de los políticos en la cárcel esta muy mal llevado, con unos se ensañan y con otros como Rato, ya ves. Rato, me sobrecogió cuando salió a la luz sus devaneos con la pasta propia y ajena, pensé: qué necesidad teniendo y habiendo tenido tanto poder político, económico, siendo un personaje admirado y ensalzado a nivel mundial. Puede que Goehte tuviera razón «Todo aquel que aspira al poder ya ha vendido su alma al diablo».
Lo del anuncio genial, se operan por fuera y también por dentro, pero lo mejor la pregunta de tu colega, jajajajajaja…. para anécdota que contar a los amigos en esos días de otoño que ya empiezan, con una botella de tinto y chimenea por lo menos.
Un abrazo Carlos.
Gracias, María. Yo creo que los españoles somos muy parecidos al resto de los pueblos. Creo (y la Historia lo demuestra) que hasta el pueblo más culto puede acabar siendo dominado por un mensaje tóxico enviado de manera machacona por un gobernante totalitario. Lo que sucedió en la Alemania nazi, o en la URSS o en cualquier dictadura demuestra que los pueblos pueden llegar a tragarse cualquier cosa. Eso es más difícil conseguirlo en democracia, pero como es obvio, se puede lograr también que comulguemos con neumáticos de camiones Pegaso. Un abrazo y gracias por tu fidelidad…
Estimado Carlos,
Muy interesante el artículo, pero no estoy de acuerdo con el término utilizado al inicio del mismo( no voy a hablar de marranadas, bueno si…) La medicina estética intima femenina esta en auge en este año,debido a las nuevas técnicas, tanto en cirugía como en láser. El anuncio puede ser chocante, por la terminologia explícita, pero me fastidia que alguien lo catalogue como marranada. No soy para nada feminista ni te tengo a ti como un machista pero hay personas que sufren y lo pasan mal por ese tema. Yo creo que tu valoración a la hora de describirlo podría ser otra. Alguien puede pensar que tampoco es para tanto, ciertamente no lo es, pero creo lo que calificar diferentes técnicas médicas como marranada no es muy acertado. Un cordial saludo
Hola Nuria, gracias por tu comentario y la reprimenda. Quizás no sea muy acertado decir marranadas porque yo me refería, en genérico, a que, cuando uno habla de las partes pudendas y, en concreto, del Punto G, tiende a calificar todo lo relacionado con ello como «marranadas». Por supuesto que no está en mi ánimo molestar a ninguna persona, hombre o mujer, que decida hacerse un arreglo ahí mismo o en cualquier otra parte del cuerpo. A mí lo que me hace gracia, y de ahí el comentario jocoso, es el lenguaje que se utiliza para vender la clínica. Creo que poniendo cirugía íntima femenina, o cirugía vulvar podría ser suficiente. Te garantizo que no hay machismo; me habría resultado igual de chocante leer «embellecimiento del prepucio», que ignoro si es un tipo de cirugía. Un saludo y disculpas si te ha podido molestar en algo el artículo.