DESCUBRIMIENTOS

Mi hija Paula es una Señora. Y yo no lo sabía. Y es un descubrimiento que le debo agradecer a este virus hijoputa que tanto dolor y tanto daño está provocando a nuestras familias, a nuestras empresas y a nuestros países.

Los que me conocen saben que yo intento siempre buscarle la parte buena a las cosas. Sé que algunos opinan que eso es un síntoma de poca inteligencia, pero me importa una higa. O tres. Creo que se vive mejor pensando en positivo y opino que el pesimismo, la melancolía, darle vueltas a lo que no puedes cambiar, solo sirve para hacerte sufrir y para gastar energía de manera inútil e innecesaria.

MI FAMILIA

Por eso estoy intentando disfrutar de las cosas buenas que está dándome este confinamiento. La semana pasada contaba que habíamos tenido la inmensa pena de despedir a mi suegra por el virus. Han sido días duros, pero este duelo enclaustrado, sin poder abrazar a los que más quieres, nos está sirviendo como una especie de terapia familiar. Tampoco es que necesitásemos un tratamiento.

Antes del aislamiento nos llevábamos muy bien. Pero estamos conviviendo en armonía, estamos hablando mucho y haciendo esas cosas que ya no puede hacer un padre cuando sus hijos tienen 25, 22 y 18 años. Por si fuera poco rara la situación, durante más de dos semanas hemos tenido en aislamiento a mi mujer, a mi hija Macarena y a mi hijo Carlillos. Carlos ha salido ya del aislamiento, pero su madre y su hermana la pequeña, ahí siguen sin poder tocar un plato y teniendo que pasar la mayor parte del día en sus habitaciones.

MI HIJA PAULA

Y, en medio de este pequeño caos, de este funcionamiento anómalo de la familia, ha surgido mi hija Paula. Por mucho que crezcan nuestros hijos, por mucho que se conviertan en adultos, que trabajen, que sean absolutamente independientes, un padre siempre tiende a pensar en su hijo como un ser que necesita guía. No digo que les sigamos viendo como niños. Pero casi. Y, en estos días, yo he descubierto que mi hija Paula es una mujer. Y una mujer estupenda.

Hemos estado ella y yo más de dos semanas organizando la casa, cocinando, haciendo de camareros, limpiando, poniendo lavadoras… En muchos momentos toma ella el mando y gestiona menús, decide qué es lo que hay que comprar, cuándo hay que limpiar baños, cuándo aspirar y fregar… Y todo esto sin una queja. En nuestra casa tenemos muchas virtudes, pero también algunos defectos. Y ninguno hemos heredado el gen Mahatma Gandhi de mi abuelo Piló.

Y a Paula no le he oído ni un grito en todos los días de aislamiento. Ha habido pocas discusiones y, las que ha habido, se han resuelto rápido y bien. Ayer vimos la tremenda película de “El Pianista”. Cuando están deportando a los judíos polacos a los campos de concentración, Adrien Brody le dice a su hermana: “Ojalá te hubiera conocido mejor”. Y ambos se ponen a llorar. Y a mí me emocionó mucho la frase, porque esta mierda de aislamiento a mí me está sirviendo para conocer mejor a mis hijos. Y, de paso, he descubierto que se les puede querer todavía más.

En fin, que me estoy poniendo tierno. Y no era eso. Quería hablar también de otros descubrimientos que he hecho en estas semanas duras.

PUNTUALES IMPUNTUALES

Por ejemplo, que el confinamiento nos hace llegar a las citas antes de tiempo. No sé si es la ansiedad de tener un plan. Una cita en medio de la rutina. Porque ¿cuándo en España, hemos llegado todos puntuales a algo? Jamás. Pero, en estos días, si sales a tu balcón a las 19.58 ya llegas tarde porque el aplauso de las 20 horas empieza siempre con uno, dos o tres minutos de antelación. O sea que, los españoles, impuntuales, pero no por retraso, sino por anticipación.

He descubierto también que, en mi empresa, tengo un equipo heroico. En plenas restricciones, con el equipo trabajando prácticamente al 80% desde sus casas, hemos conseguido entregar a TVE, en 3 semanas, 4 programas realizados bajo las estrictas normas impuestas por el Estado de Alarma.

UN EQUIPO HEROICO

Si hace un mes y medio me hubieran pedido entregar dos programas en una semana, habría dicho que no era posible. Pero eso era porque nadie nos había puesto en las condiciones terribles en las que estamos ahora. Y nunca habría podido hacerlo sin el equipo que tengo y, sobre todo, sin el trabajo descomunal de nuestro director de Realización, Jesús Rodríguez, y el de la directora de Producción, Montse Gómez.

También he descubierto que, para muchos, los empresarios seguimos siendo esos hijos de puta gordos, vestidos con traje negro, que fuman un puro y echan la ceniza sobre las heridas abiertas de sus empleados. Al menos, si oyes a la parte de Podemos del Gobierno, se les llena la boca diciendo que van a proteger a los trabajadores sin darse cuenta de que, los que protegemos a los trabajadores, somos los empresarios. Y que, si nos pones una soga al cuello y nos quitas la silla de los pies, lo normal es que nos ahoguemos y que, por tanto, tengamos que cerrar. Y, cerrando, tenemos que echar a todos los trabajadores.

¿EL BUEN EMPRESARIO? LA MAYORÍA

¿Que hay empresarios forrados hijos de puta? Claro. Pero la inmensa mayoría de los empresarios, incluso los que se forran, somos gente normal. Unos ganan más. Otros menos. Muchos empatan. Y otros muchos pierden dinero. Su dinero.

Y no quiero dar pena a nadie. Nos metemos en esto porque queremos. Unos porque nos va la marcha y otros, quizás, porque les ha echado el mercado laboral y no les ha quedado más remedio. Da igual. Ahí están peleando por generar y sostener empleo digno, aunque a cientos de miles de empresarios, entre su sueldo y su beneficio, la cosa no les dé, ni soñando, para comprarse un chalet como el del jefe de Podemos.

Y no es demagogia. Es así.

Quería hablar también del descubrimiento de la enorme capacidad que tenemos para aceptar cosas inaceptables. Pero hace rato que se me ha acabado el folio y, aunque en el mundo virtual los folios no existen, yo, en estos días de confinamiento, estoy intentando ser mucho más ordenado. Otro descubrimiento…

31 comentarios en “DESCUBRIMIENTOS

  1. Más grande que la alegría que da saber que tu empresa da trabajo y sostiene a las personas a las que sostiene es la pena y la desazón que trae el tener que despedir a alguien (o cerrar) por motivos económicos. Los ignorantes lo ignoran, como buenos ignorantes.
    En cuanto a la primera parte de tu escrito de hoy, la semana pasada me decía que ya sabe que en un tiempo pensará “qué suerte haber podido disfrutar de la reclusión con mi mujer y mis niños”…
    Sigamos disfrutando.
    Abrazo fuerte, y un beso muy grande a Teresa.

    • Gracias, Diego. Ya que está teniendo muchas cosas malas, aprovechemos lo bueno. Un abrazo y le doy el beso a Teresa, pero sin tocar que, hasta el martes, sigue en aislamiento… Espero que tú y todos los tuyos estéis bien.

  2. Me encanta. La realidad es que alejados de lo terrible que esta sucediendo fuera, los que estamos en casa tenemos la suerte de disfrutar de una experiencia de familia inesperada y maravillosa

    • Gracias, Íñigo. No sé lo que va a durar esto. Pero, dure lo que dure, será sin duda la experiencia familiar más intensa que hayamos tenido millones de personas. No sé para cuántos esto será malo, pero, para la mayoría, esto tiene que estar siendo bueno. Lo que pasa es que, también, piensas en aquellos para los que sea malo y te estremeces. Ayer viendo la noticia de la mujer asesinada por su marido, pensaba en las pobres mujeres que sufren maltrato. El infierno doble que tiene que estar siendo esto para ellas. Así que un pensamiento y una oración de Domingo de Ramos por ellas.

  3. Sí señor. Yo también he descubierto lo mismo con mis hijos y el equipo de mi empresa e incluso lo escribí y lo compartí.
    También he descubierto la solidaridad de la gente que trabajamos en mi empresa, en las empresas en general. Y que lo que decimos en los cursos de comunicar y motivar en estos momentos es más importante que nunca. Estar al pie del cañón todos los días es una labor de todos. Y que el sueldo no te lo paga la empresa, sino el cliente. Un buen aprendizaje para el futuro.
    Hay empresarios cabrones, pero son pocos los que yo conozco. Veo más el sacrificio.Me mandaron un meme que no sé si es verdad, pero el texto lo suscribo, de Churchill diciendo que:
    Al empresario unos lo tratan como un lobo al que exterminar, otros como una vaca a la que ordeñar: pero nadie los ve como lo que son: El caballo que tira del carro.
    Si que he leído sin embargo sobre el señor iletrado que han puesto a decidir en el gobierno sobre el bienestar animal. Departamento que habla de nuestros hermanos los gorilas y el Covid, pero que no se cortó al despedir a dos trabajadoras de baja que tenía. Muy mal señor iletrado, si su jefecillo Pablito lo viera después de dejar claro por Real Decreto que eso no vale, no sé lo que diría.
    Y hay trabajadores que parece que desde que entraron en la empresa están «abrazada a un rencor» como el tango. Se han tragado todas las soflamas; pero yo creo que esto es un problema adolescente.

    • Gracias, Andrés. Qué bueno lo de Churchill. Ya podía aprender de Sir Winston, nuestro PS. Que solo se queda con las formas y la parte de artificio y no con el fondo. El otro día fue penoso oírle a punto de decir lo de «sangre, sudor y lágrimas». Él lo cambió por «Todo lo que puedo ofrecer es sacrificio, resistencia y moral de victoria»… Un abrazo para toda la familia

  4. Oye no pretendas igualarnos a todos con tu mítica impuntualidad, bonito. Y de tu hija Paula se te ha olvidado decir que también nos trae la compra a los apestados en riguroso aislamiento, que no se lo pude agradecer más. Un beso para ella y un reloj con alarma para ti.

    • Gracias, Josesain. Hombre, no soy yo el Dr Watson en la puntualidad, pero he mejorado con los años… Lo de que mi hija hace de repartidora, no es que se me haya olvidado, sino que he tenido que obviar cosillas para que no pareciera yo el padre de la Pantoja… Le doy tu beso, que a ella sí puedo. Un abrazo

  5. ¡ Querido Carlos. Que orgullo de hija! Y en general de familia. No es producto del azar. Es producto del esfuerzo de unos padres brillantes con principios, valores, y un sentido común envidiable.

    ¡Enhorabuena !

    • Gracias, querida Candela. Me alegro de que te haya gustado esta Cabra y de que opines así. Da gusto ver que, con lo que cuesta educarles, acaban saliendo buena gente. Tu niño es otro buen ejemplo. Por cierto, ¿está ya del todo bien? Espero que sí. Beso gordo

  6. Muy bueno Carlos. A mi me toca lidiar con dos zanguangos de esa edad y la respuesta no es tan halagüeña pero nos vamos arreglando sin quejarnos.
    Un abrazo y ánimo

  7. Querido Carlos: Tu cabra me ha encantado, como siempre. Lo que dices de tu hija Paula no me extraña nada, porque a mí siempre me ha parecido una niña maravillosa, pero no podemos decir que sea «gracias al virus». Este aislamiento te ha servido para descubrir algunas de sus buenas cualidades, que no son otra cosa que un retrato de lo que son sus padres. Que Dios la bendiga y la guarde siempre. Un abrazo

    • Gracias, madre. También ha tenido buenos abuelos. Que eso influye porque sois los que nos habéis educado a sus padres. Y, ya puestos, vamos a pedirle a Dios que te guarde a ti también… Beso gordo

  8. Hola Carlos, soy Anapi del Virgen de Mirasierra, amiga de Carmen Aracil (ya no sé si te acordarás) y quiero decirte lo mucho que siento la pérdida de tu suegra, un abrazo para tu mujer y para toda la familia que en estos momentos de distanciamiento social aún es más triste, si cabe ,perder a un ser querido.
    Me gusta mucho leerte y gracias por tu defensa a los empresarios, mi padre lo fue y vivimos tiempos de bonanza y de profundas preocupaciones pero sus trabajadores le querían como a un padre, como a un hermano, eran parte de nuestra familia. Y también me casé con uno que tiene una Empresa familiar que ya cuenta con más de un siglo ,e ídem de lo mismo. Todos a una como Fuenteovejuna??
    Espero que estéis bien, que el aislamiento pase pronto y recuperéis el tiempo de abrazos pronto.
    Un abrazo para tí, siempre me pareciste una gran persona.

    • Hola Anapi! Cómo no me voy a acordar. Aunque hubieras cambiado mucho, en cuanto te viera sonreír te reconocería 100%. Me alegro de que te sumes a este redil cabrero. Ya me contarás cómo has sabido de la existencia del blog. Gracias por leer y por comentar y por tu afecto. Lo que comentas de los empresarios es tremendo. Que, a pesar de que la mayoría somos gente normal, han tenido que empezar a llamarnos la tontada esa de «emprendedores» para ver si se quita la mala fama que nos acompaña. Yo emprendo, pero no soy emprendedor. Soy empresario y estoy feliz de serlo. Y espero que dure muchos años mi empresa, aunque después de esto va a haber muchos que lo van a pasar mal. Yo, de momento voy sobreviviendo, pero no sé lo que nos va a deparar el futuro. Me alegro mucho de saber de ti. Un abrazo

  9. Querido sobrino. Pienso exactamente igual que tu madre. Paula siempre fue una niña estupenda: lo demostró en su niñez, en su adolescencia, y lo está demostrando ya en su madurez. La quiero muchísimo. Tiene el ejemplo vuestro, que sois unos padres estupendos, y tanto el uno como el otro, me refiero a Teresa y a ti, lo traéis también de herencia de nuestros antepasados.
    Hemos tenido la suerte de tener unos buenos educadores: los abuelos: la abuela Julia, el abuelo Rafael, la abuela Pilar y no podemos olvidar al abuelo «Piló», como tu lo llamabas a mi muy querido progenitor. Demos gracias a Dios por todo lo bueno que hemos tenido, por lo que nos han podido transmitir: Los Golzález de Gor y los García Hirschfeld. Un abrazo muy fuerte a Teresa, que no la olvido, cuando salga de su aislamiento. Lo de Maite, lo he sentido como algo muy mío. A tus tres hijos también muchos besos grandísimos. Os quiero en el alma (aunque esto resulte un poco cursi), sí os quiero muchísimo.

    • Gracias, querida tía. Somos conscientes todos de la suerte que tuvimos de caer en esta familia. De nacer en un país como el nuestro y en unas familias de gente principalmente buena. Yo doy gracias todos los días por eso. Y por haber tenido la suerte de que los hijos nos hayan salido buenos. Obviamente que hayamos estado pendientes ayuda, pero a veces hay hijos que se desmandan, mala suerte… Nosotros también te queremos en el alma. Y no suena cursi. Una de las cosas buenas de este confinamiento, es que nos estamos diciendo más veces que nos queremos. Y eso es indiscutiblemente bueno. Un beso gordo y luego te llamaremos para que nos cuentes cómo vas.

  10. Querido Carlos,
    Completamente de acuerdo. Esta etapa está sirviendo para descubrir cosas que no sabíamos, gente maravillosa, desprendida y solidaria que se brinda a ayudar y para descubrirnos a nosotros mismos y a los nuestros. Yo sueño con el día en que podamos estar todos juntos y pasar por fin lo que quede de cuarentena en familia, abrazarnos y charlar. Todavía me quedan tres en aislamiento, pero todo llegará.
    Un abrazo a toda tu maravillosa familia y un beso especial cuando se lo puedas dar a Teresa.

    • Gracias, querida Sylvia: Poco a poco parece que se empieza a ver algo parecido a una luz allá a los lejos. Aunque sigue el goteo diario de amigos y padres y madres de amigos que está muriendo o ingresando en el hospital con un signo de interrogación enorme encima de la cabeza. Espero, como dices, que pronto podamos darnos ese abrazo. A la Travesí, según parece, ya le voy a poder dar el beso mañana… Un beso para todos los tuyos y un abrazo especial para Gonzalo.

  11. Grande, Carlos, una vez más. Te has dejado una cosa, a mí entender: y es que la valía de una persona (no digo de una mujer, que es lo aplicable ahora, no vaya a ser que me detengan), en ocasiones, pocas, se aprecia en unos pocos minutos. Es una cualidad escasa, por preciada.
    Cuando conocí a Paula, me bastó una cena para darme cuenta de que estaba ante una auténtica mujer.
    De lo de los empresarios y Podemos, sí que me reservo mi opinión, para evitar, una vez más y esta vez con mayor razón, ser detenido.
    Un fuerte abrazo.

    • Gracias, Sebas. Se le va a subir a la cabeza, con tanto elogio… 😉 La verdad es que es una tía maja. Ahora se ha incorporado al equipo de cocina/limpieza/camarería mi hijo Carlillos y está también el tío a piñón. Cuando esto acabe, habrá que hacerles un homenaje. Bueno; cuando esto acabe, el homenaje nos lo vamos a dar los 5 ya veremos cómo y dónde. Pero celebraremos que estamos vivos y homenajearemos a la abuela y a todos los que se hayan ido. De lo de los empresarios y Podemos, efectivamente, mejor no decir ná. Pa qué… Un abrazo.

  12. Chif:

    Enhorabuena a Pau (que ya apuntaba maneras…) por su comportamiento. Emocionante la respuesta de su abuela Elisa.

    Mucho ánimo, especialmente para la chica mayor y para la menor de la familia.

    Abrazos,

    J.

    • Gracias, Mac. A Teresa ya le puedo dar abrazos. Ha salido hoy del aislamiento. Solo nos queda Maca. Un abrazo para ti y para tus chicas, con uno especial para tu madre.

  13. Querido sobrino: Hasta hoy no he podido abrir tu cabra. El trabajo se me acumula (e.b.)
    He disfrutado como siempre con esta edición, y me uno a los halagos de Candela, y a los de mis primas, tu mamá y Maravillas, y los hago míos. Un abrazo

    • Gracias, querido tío: Espero que sigáis todos bien. Me alegro de que te haya gustado esta Cabra también especial. Un abrazo para todos.

  14. Buenas noches Carlos! El confínamiento me ha hecho aterrizar en esta interesante sección que escribes. Siempre me gustó la frase de Van Gal “ Siempre positifo, Nunca Negatifo”. Estoy totalmente de acuerdo contigo en buscar la positividad de las cosas, aún en estas duras circunstancias que han tumbado en un “pis pas “la salud y la economía nacional y mundial. Enhorabuena por tus hijos pero además de buenos padres ,han tenido como espejo unos abuelos excepcionales de los cuales doy fe. Que sigas disfrutando de ellos y sacando lo mejor en estas circunstancias y os deseo mucha salud y salir reforzados y mucho más fuertes cuando termine esta pesadilla.Un fuerte abrazo. José Ignacio Galvañ.

    • Hola Jose! Qué alegría saber de ti y que te sumes a este redil… La verdad es que tuvimos suerte tanto los Galváñ como los GHG en el reparto de padres y madres. Aunque te parezca raro les hablo mucho a mis hijos de tus padres; de las imitaciones de cantantes en la playa, de las comidas veraniegas en el Candado y, sobre todo, de aquellos días increíbles de La Fresnedilla. Espero que tú y tu familia estéis bien y libres del virus cabrón. Un abrazo fuerte.

      • Suscribo todo lo que dices y tengo que añadir el montón de veces que tuve vuestra casa en Mirasierra abierta cada vez que iba a Madrid en mis años mozos y me quedaba en vuestra casa donde tus padres y el resto de vosotros nos recibíais con los brazos abiertos. Ese cariño se mantiene vivo aunque nos veamos poco. Abrazos fuertes y Ánimo. ??

  15. He disfrutado mucho con tus reflexiones y con tus descubrimientos… Afortunadamente, creo que nos está pasando a muchos.

    Te diré que he aprovechado el parón para escribir mis memorias… Y, al haber empezado con el capítulo Málaga, tu apareces enseguida: con la gracieta Campo del Ciervo…

    Afortunadamente para mi, volviste a aparecer unos años más tarde. Un abrazo

    • Gracias, querido Javier. Qué tiempos aquellos del Colegio de El Palo y qué bueno aquel reencuentro posterior en El Puerto de Santa María. Espero que pronto volvamos a encontrarnos. Un abrazo

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