Me ponen muy nervioso. La verdad. Hablo de los que, en los toros en Madrid, se ponen a tocar palmas de tango, cuando todo el mundo está en silencio, para mostrar su desacuerdo con algo. Y lo hacen cada tarde, sobre todo en los alrededores del tendido 7. Se levantan, o se quedan sentados, pero ponen cara como de que están tomando una decisión muy trascendental para sus vidas (y para las nuestras) y tocan las palmas; plas-plas-plas, plas-plas-plas… A veces se quedan solos, pero, frecuentemente, hay decenas que les siguen. Son esos tíos listísimos que tienen la necesidad vital de compartir con los demás sus estados de ánimo y, además, dejar claro a la humanidad que ellos, que tienen una inteligencia y un conocimiento superior, se han dado cuenta de algo que, nosotros los normales, los simples mortales, no habíamos sido capaces de percibir. Yo creo, además, que sufren de enormes almorranas en silencio. Y ese silencio atronador de sus vidas cotidianas, lo desahogan en los toros y comparten con nosotros su enfado y su amargura.
Estos del tendido 7 me recuerdan a los políticos españoles. No por el padecimiento en silencio de sus hemorroides, sino por el hecho de que están convencidos de que, los demás, somos tontos del culo. Poniendo un par de ejemplos me van a entender perfectamente.
Caso “Casoplón”, y permítaseme la cacofonía. Iglesias y Montero, en vez de decir: “vale. Nos hemos equivocado. Perdón. No se volverá a repetir” se han liado a montar una consulta entre sus militantes para ver si estos aprueban que Papá y Mamá, que sus líderes del Politburó, progresen. Y han lanzado a los platós y a los estudios de radio a unos cuantos que van a defender lo indefendible. Y es patético ver por ejemplo a Monedero en la Sexta diciendo que estos han comprado el casoplón para proteger a sus hijos del acoso mediático de la caverna. Y fue muy triste escuchar ayer en RNE a Rafael Mayoral tragando saliva, muy nervioso, mientras decía cosas como que Montero e Iglesias deben seguir porque son de las mentes más brillantes del país y que sufren este acoso porque la ultraderecha quiere eliminarlos. Lo gracioso es oírles intentando escapar de las preguntas comprometidas yéndose, no por los cerros de Úbeda, sino por los de Vladivostok. Pregunta del periodista: “¿Le parece coherente que Iglesias se compre semejante casoplón después de lo que ha dicho durante años?”. Respuesta de cualquier líder de Podemos adherido inquebrantablemente al Tovarich Iglesias: “Si lo que me está preguntando es si es coherente que el PSOE permita que gobierne Rajoy, le diré que no. O que Ciudadanos demuestre que es la derecha cavernaria…” O sea: le preguntas a uno si va a llover en Murcia y te contesta: “Si lo que quiere saber es si me gusta este jersey, debo decirle que prefiero los yogures de macedonia”. Y se quedan tan a gusto pensando que el periodista es bobo (a veces nos pasa) y que los oyentes o espectadores tienen el cerebro de vacaciones.
Eso por no hablar de la Cospedal explicando la indemnización en diferido de Bárcenas o de cualquier líder del PP comentando lo de Zaplana que, enseguida, te sueltan: “ese señor ya no pertenece al Partido Popular”. Como decía anoche en “El Hormiguero” el gran Iñaki Gabilondo, la corrupción del PP es, para los políticos del partido, la mayor sucesión de casos aislados de la historia de la democracia.
Pues eso. Que piensan que somos gilipollas. Y algo de razón les damos porque, pese a todo, ahí siguen los dos grandes partidos recibiendo en cada proceso electoral millones de votos como si todo lo que ha pasado no hubiese sucedido nunca. Ese no saber medir las consecuencias de tus actos, ese no ser consciente de las cosas, te puede pasar con 8 años, pero no con 40. Y si te sucede con 8 o con 40 debes tener alguien cerca que te baje a la realidad y te explique que te estás equivocando. Yo, en eso tuve mucha suerte con mis padres. Siempre recordaré la enooooorme bronca que me echó mi padre una vez que yo, en mi infantil composición de lugar, decidí dedicarme al diseño de bisutería top-fashion.
Estaba preparando unas chapas para competir con mis amigos en las carreras. Las de las botellas de Cinzano eran magníficas, pero había que tunearlas un poco para que rodaran bien. A mí se me fue la mano en el tuneo y acabé dejando la chapa que parecía una lámina pasada por una prensa. Pero el conjunto me pareció bonito así que, acabé de machacar la chapa, le hice un agujero y decidí que iba a abrir una vía de negocio para forrarme. Mi padre, por aquel entonces, era director de una sucursal bancaria que estaba justo debajo de mi casa y yo me llevaba muy bien con los trabajadores, especialmente, con el botones. De manera que me fui a verle y le ofrecí el chollo de una magnífica tapa de Cinzano por 5 pesetas para llevarla como colgante. El pobre del botones, me la compró y a mí ni se me ocurrió pensar que la estaba adquiriendo por no hacerle un feo al hijo de su jefe. Cuando por la tarde llegó mi padre a casa me echó una de las broncas más grandes de mi vida. Y yo no lo entendía. “Pero si le he vendido una chapa chulísima y han sido sólo 5 pesetas”, protestaba. Hasta que mi padre dio con la tecla. Me dijo que había que pensar siempre en el de enfrente. Que el botones era simpático conmigo porque el muchacho era un encanto, pero, también, porque yo era el hijo del jefe y que, por eso, jamás debía pedirle a nadie nada que me fuera a dar quizás obligado por la jerarquía. Y que, además, había que ser consciente de lo que cuesta ganar el dinero. Me dijo algo que no se me olvidó nunca más: “yo te doy cada semana 25 pesetas por no hacer nada. Poco más de esas 25 pesetas es lo que gana cada día el botones por hacer bien su trabajo y lleva dinero a su casa para comprar comida”. Y me dejó sin paga tres semanas para que aprendiera lo que vale un peine.
De toros no pienso hablar hasta que no empecéis a torear sin matarlos ni clavarles cosas, que entonces yo seré el primero en acompañarte a las ventas porque me encanta el folclore y la fiesta y los trajes de luces. El dolor y la muerte me repugna, lo siento. Ni cultura ni tradición ni pollas. Una puta barbaridad es lo que es y algún día os daréis cuenta, igual que ahora nos parece incomprensible la esclavitud o que se fumara en los hospitales o que las mujeres no pudieran votar.
Sobre el casoplón, yo ya he votado para que se vayan a su casa. No soy votante de podemos, pero soy simpatizante de cualquier experimento de organización social y ya que me dejan opinar en su plataforma, lo hago desde el primer día, siempre que puedo. Es terrorífico verles defender lo indefendible, te doy la razón, pero te recuerdo que hay mucha gente en la organización que está calladita (pero votarán) o que discrepa abiertamente. Y que hayan consultado a las bases, independientemente del componente de órdago caudillista de la parejita, no deja de ser algo que hay que reconocerles. Nadie en nuestra democracia se a atrevido a dar voz a las bases y ellos lo han hecho. Yo espero que salga un que se vayan y que eso permita regenerar la organización y que sirva de aviso a navegantes. Por lo pronto, debería servir de ejemplo a los otros partidos para que entiendan que la tecnología, igual que ha cambiado casi todo en nuestras vidas, también va a cambiar el concepto de representación, puesto que para muchas cosas se puede escuchar la voz de los ciudadanos en tiempo real. Tomen nota y aplíquense el cuento, todos los políticos.
Maravillosa la lección de tu padre, chapeau y un recuerdo a Don Javier.
y las H que me faltan no sé si obedecen a que se ha roto el teclado o a que me incendio con el tema de los toros, jajaja. Un abrazo
Arreglado tu estropicio lapsus calami. Abrazo
Gracias, Josesain. Respecto a los toros, ya sabes que estoy de acuerdo contigo en casi todo. Pero me gustan y te aseguro que se hace lo posible para que el animal sufra lo menos posible durante la lidia. Evidentemente el toro preferiría que no le clavaran puyazos y banderillas, pero te aseguro que se le hace en un lugar no vital, que si se le indulta se le cura en dos-tres semanas y que lo único obvio es que, salvo indulto, el toro sale de ahí después de una muerte que no siempre es rápida. Es brutal. Lo reconozco, pero me gusta y me gustaría que mis nietos pudieran seguir viendo corridas aunque a los tuyos les parezca que mis nietos son unos bárbaros. Respecto a lo de Podemos, yo creo que tienen cosas buenas (lo de consultar a las bases puede serlo, aunque yo crea que es un brindis al sol, ya que hemos empezado por lo taurino), pero creo que lo que les pierde es ese tono que tienen siempre de ir dando lecciones a los demás, como si la pureza y las cosas bien hechas fueran coto exclusivo de ellos porque son leninistas amables. Gracias por el recuerdo a mi padre. Otro Chapeau, por D. Rafael y doña Maricruz. Un abrazo
Tenías un gran padre!!!
Si hubieras tenido más morro se la vendes al subdirector por 10 pesetas. De todas formas siempre has tenido mucha iniciativa para los negocios… esa es la parte positiva.
Lo que estamos viviendo con esta pareja es de «traca». Intentar justificar lo injustificable,y hacerlo mediante votación, creía que solo era propio de los comics de Ibañez.
Y lo de Zaplana demuestra, una vez más, que este pais es de chorizos y esta cultura la hemos tapado durante siglos.
Le decía a mi mujer el otro día, no vuelvo a votar al PP en mi vida. Me asquea esta forma de vida que se ha implantado en el ámbito político. Deseo fervientemente que pasen muchos años entre rejas. Y también me doy cuenta del mal que me genera. En mi interior nacen muchos sentimientos negativos que no llevan a nada…
Un abrazo Carlos.
Gracias, Manolo. Es cierto lo que dices de que no sirven para nada los sentimientos negativos. Pero yo creo que a esta panda de desparramaos hay que decirles que no vale todo, que no nos lo tragamos todo, que no somos imbéciles aunque a veces lo parezcamos. No sé. No te digo que prefiera un gobierno de Podemos a uno de PSOE o PP, pero sí creo que ha llegado la hora de una alternativa. Y, oye, si la cagan, pues les echamos. Un abrazo.
Tu comentario ha sido adivinatorio.
Tiempo jodido el que nos queda por delante… Un abrazo
Chif:
Echo de menos tu célebre apelativo de «soplapenes»… Que es lo que son.
Resumen de esta Cabra: que Pablo e Irene/Irene y Pablo -no se me vaya a a enfadar nadie- tenían que haber jugado a las chapas con D. Javier un buen rato. Y otro gallo les hubiera o hubiese cantado.
Abrazo,
J.
Gracias, Mac. No creas que no he pensado ponerlo, pero luego me regaña mi mujer por ser demasiado agresivo. Lo de esta panda es para descojonarse, aunque es tan triste que, más que risa, da una pena profunda. Y eso que, cuando he escrito la Cabra no sabía aún lo de la sentencia de la Gurtel. Qué vergüenza. Un abrazo
Me apasionan los toros desde que mi padre me llevaba de pequeño , y el rollo de la barbarie a mí me parece otra «p…» más como se dice por estos andurriales. Cuando comemos pechuguita de pollo, pensemos en la asquerosa vida del animal que se tiran 2 meses comiendo en una caja, refocilándose en sus excrementos, sin ver la luz del día y un día, zas pasa una cuchilla y les deja sin cuello.
Me parece que , al margen de culturas, de las monedas íberas con un toro y una luna (si, si, como la canción); de Goya haciendo grabados surrealistas como Lluvia de toros; pues todo me lleva a pensar que esto del buenismo animalista es pura ignorancia, generada por colectivos que no saben que los taurinos amamos a ese animal totémico sobre todas las cosas, lo respetamos, y si me dejan lo meto en mi casa mejor que a un perro faldero.
Y eso sin contar con que el ecosistema español de las dehesas (muchas) es un elemento magnífico y vivificante de otras especies, inexistente, claro si no hubiera «toritos», vamos un precioso erial erosionado cultivando fresas. Y todo con dinerito privado, que aquí ni hablemos de que las ayudas.
Pero claro, amamos al toro íntegro poderoso, bravo, que puede ser indultado (no como el pollo); No son los animalistas los que se cargan al toro, sino esa «casta taurina» de apoderados, toreros, picadores que no pican, ganaderos, empresarios que se encargan de que ese animal se extinga para dejar paso a los Victorianos del Río de ayer: descastados, blandos y noblotes como la tonta del bote.
Y eso, junto con una lídia de verdad es lo que reivindica el 7, y otros muchos que no palmeamos como tú y como el resto del palco. Esa gente del 7 está todo el día estudiando de toros, hablando de toros, visitando ganaderías, poniendo su firma a montones de iniciativas, trabajan su web. No hace falta ser del 7 para hacerlo, yo también cuando puedo estudio.
Lo que me parece insensato es que palmeen mientras hay faena y un tío jugándose el pellejo; pero sí se debería protestar al final de la faena y eso se está perdiendo también, entre otras cosas porque parece de baja estofa.
Por lo demás desde el Ronquillo lo llevan haciendo y el resto silenciándolos. 🙂
Así que al final todo sigue igual; pero genera debate, ja jar. Perdón me ha vuelto a salir largo. Es la pasión.
Gracias, Andrés. Lo del debate es lo que mola. Respecto a lo que dices, tienes razón. Pero al que le parece que somos unos burros, todos estos argumentos le importan un pepino. Yo me limito a reconocer que somos unos burros, a defender que todo lo que se hace en la lidia tiene un sentido, que el toro con la puya y las banderillas sufre mucho menos de lo que sufriría un humano (es tan obvio que da risa decirlo) y que, si se le indulta, salvo infección o mala suerte, el toro a los 20 días está pegando brincos cubriendo vacas. El argumento de que, muriendo la tauromaquia moriría el toro de lidia les parece una gilipollez… Lo que es innegable es que la sangre y algunas lidias mal hechas nos ponen a los pies de los caballos yh luego el hecho cierto de que los anti taurinos están mucho mejor organizados y tienen muchas más ganas que nosotros. Los taurinos ahí siguen, como si no pasara nada. Montando mesas que sirven más que para gastar dinero tontamente, pero, a la hora de ponerse de acuerdo y hacer esfuerzos, siempre, que los haga otro. Y así vamos. Respecto al 7, no hace falta estudiar tanto para saber de toros. Ni es necesario dar palmas de tango en plena lidia para mostrarle a un torero tu desaprobación. Basta con quedarse en un silencio sepulcral cuando acaba su serie. O, si quieres, pitarle y mentarle a la madre cuando termine la lidia. Para un torero no hay nada peor que la indiferencia. Es como el cómico que dice un chiste y no se ríe ni Dios. ¿Crees que le hace más daño un abucheo, o el silencio tras un chiste supuestamente gracioso? El problema no solo es que palmeen y piten, es que muchas veces da la sensación de que alguien les está pagando para que lo hagan. Protestar un toro antes de que acabe de salir del chiquero por el hecho de que la tablilla ponga que pesa 516 kilos es de gilipollas. Y no sé si abundan los gilipollas entre esos. Pero lo parece. Lo que sí te digo es que, frecuentemente, protestan a toros y toreros y dicen cosas que hacen pensar que, en vez de buenos aficionados, son gentes que no tienen ni puta idea de toros. Un abrazo
Me encanta como empiezas tus artículos con los toros y terminas hablando de las pocas pesetas que te daba tu padre de paga, es fantástico leerte. Gracias por compartir tus pensamientos en voz alta.
Gracias, Nenascam. Me alegro de que te guste el artículo. Un saludo.
Los que aplauden en el 7 y en la Grada del 8, son mal educados e interpretan que su conocimiento es superior al resto por chillar.
Sólo llamándole ¡ TONTO ! varias veces, al final se callan. Sigamos con el ¡TONTO!, te invito a pasarlo.
Respecto a los de la Casa sin comentarios, hacer un debate interno es tan estúpido y arrogante que les debería costar el puesto sólo por esto, dice Iglesias que F. González hizo un Referéndum pero sin aclarar que fue por cambiar el programa electoral del PSOE de estar en la OTAN, no por un asunto personal. – MENTIROSO Y FALSO P.IGLESIAS –
Termino con una reflexión, cuando roban los del PP se sigue defendiendo el Partido y se intenta hablar de otros partidos o casos (ej ERES Andalucía), por favor seamos más serios, Rato, Zaplana,Soria,Blesa,I. Gónzalez, Granados…etc, y los sobres y el sistema de financiación de los dirigentes del Partido.
Veremos más sumarse a la lista y ya hay que decir, ¡VAYASE SEÑOR RAJOY!, le van a pitar y abuchear por toda España,
» O es mejor mantener a los nuestros aunque roben » ?
Gracias, Antonio. Lo malo de insultar en la plaza es que te puedes meter en un lío tontamente, aunque sea cierto que, los que van a plaza a sufrir, muy listos no me parecen. Lo de los políticos es para echarles de comer aparte. Solo tienes que ver la que se está liando con la sentencia de la Gurtel. A ver cómo acabamos. Un abrazo.