LO DE SÁLVAME

Qué manía tienen los políticos de controlarnos a los periodistas. Y lo curioso es que ese deseo de control, frecuentemente, lo disfrazan con motivos nobles, para que no se note, por mucho que lo disimulen, que lo que quiere el que manda, es tener cogido por la entrepierna al que cuenta las cosas.
Digo esto por la que se ha liado con el programa Sálvame de Tele5. No soy, precisamente, ni espectador, ni devoto, ni remotamente defensor del despellejamiento sentimental y de la pornografía emocional que se practican en el plató de Jorge Javier Vázquez, pero creo que deben tener la libertad de hacer su programa y, los espectadores, la libertad de escoger si verlo o no. Aunque, en el ejercicio de esa libertad, hagan cosas con las que yo no esté de acuerdo. Me limito a no verles.
Imagino que sabrán que ayer la CNMC (o sea, la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia) advirtió a Tele5 de que los contenidos de este programa eran incompatibles con el horario infantil en el que se emiten. Pues sí que han tardado en darse cuenta, cáspita. Esta resolución, al parecer, responde a diversas denuncias de asociaciones de espectadores y otros organismos y personas que ven a Sálvame como el ejemplo del programa que debería desaparecer de la televisión. Y yo, fíjense, que no discuto que eso pueda ser así; que quizás nuestro mundo fuera mejor si no existieran determinados programas. Yo, realmente, es que discuto la mayor.
Esta CNMC, en su vertiente de controlador de las telecomunicaciones, o el Consell del Audiovisual catalán, surgen, supuestamente, como entes benéficos que van a convertir las televisiones y radios en felices zonas libres de contenidos viles. Y, hombre, en origen, pues no debería parecerme mal que alguien vele por unos mejores contenidos. Y algunas regulaciones responden a normativas europeas, pero el problema es que estamos en un país en el que, por desgracia, es imposible que este tipo de organismos trabajen de manera autónoma. Y ¿qué sucede? Pues que al final se convierten en esbirros de los deseos políticos de los que mandan. Así, por ejemplo, el Consell Audiovisual Catalán, que lógicamente responde al coprológico acrónimo de CAC, ha dirigido sus disparos en diferentes ocasiones contra periodistas de cuerda no nacionalista o contra televisiones y radios que decían cosas que le tocaban las narices a Mas y a los que mandan en Cataluña.
Al margen de esto, así entre nosotros, a mí me parece que quienes deben controlar lo que hace un niño entre las 17 y las 20 horas, son los progenitores del infante. Tantos años de dictadura dejaron en nosotros una necesidad de cuidados por parte del Estado. Nos sentimos más seguros si sabemos que Papá está velando por nosotros, aunque, para ello, acabemos renunciando a libertades individuales que, para mí, deberían ser absolutamente inviolables. ¿Qué es esto de un Consell del Audiovisual? pues un elemento censor en manos de políticos. Porque, poniéndonos prácticos; yo, decenas de veces, he discutido con amigos acerca de lo que debe o no debe ver un niño en la televisión. Si junta usted a cinco parejas de amigos y les pone un mismo contenido estoy seguro de que tendrá cinco opiniones diferentes sobre lo que es adecuado o no para sus respectivos churumbeles. Mi mujer y yo, a menudo, hemos escuchado atónitos a nuestros hijos hablar sobre lo que determinados padres han permitido ver a sus amigos. Películas, series o juegos que a nosotros nos parecen absolutamente inadecuados, los ven o los utilizan los amigos de nuestros hijos. ¿Quién me dice a mí que los que están en esos consejos políticos son personas con la cabeza sobre los hombros cuyos criterios están de acuerdo con los míos? Nadie. Por este motivo es por el que mis hijos, durante la época en la que han sido infantes, han visto en mi casa lo que mi mujer y yo hemos querido y, salvo las lógicas escapadas a la autoridad paterna, a las horas que hemos querido.
No sé en las casas de ustedes, pero en la mía, la tele no se pone jamás hasta la hora comprendida entre las 20 y las 21 horas, de manera que mis hijos no han visto Sálvame de manera habitual. Puede que en alguna ocasión se nos hayan despistado, pero no están expuestos ni a ese ni a ningún otro programa que se emita durante las horas en las que, teóricamente, deben estar haciendo sus deberes o jugando con sus amigos. Y esto, por mucho que nos parezca un coñazo, es nuestra responsabilidad de padres. Y a mí no se me ocurre reclamar al Estado que controle lo que se pone porque, para eso, ya estoy yo. O debería estar. Porque, si dejo que sea el Estado el que vele, le estoy dando una herramienta muy golosa para que esté ahí, como la lucecita de El Pardo, siempre encendida para que nosotros nos sintamos en paz.
No le deseo a ninguno de los que participan en estos consejos que acaben fiambres como el Caudillo de las Españas p.l.G.d.D., pero, si apagaran su lucecita, yo, desde luego, iba a dormir mucho más tranquilo.

16 comentarios en “LO DE SÁLVAME

  1. De acuerdo contigo desde mi antipatía a Telecirco, eso no me lo quita nadie ahora que lo puedo decir. Lo mismo te hace entrevistas a delincuentes con los que famosea, acuérdate de no se qué chaval violador asesino y ahora hace con el presunto delincuente «el pequeño Nicolás» al que hace una amistosa entrevista donde no informa de nada, sólo le da cancha para que mienta y venda.
    Muy de acuerdo contigo en que el mejor Consejo del Audiovisual es el que no existe, mira el catalán con 45 funcionarios haciendo de mamporrero de la Generalitat.

    • Gracias, Rafael. Ahí está; yo creo que lo que debe pasar es que, si hacen cosas que no nos gustan, no les veamos. O que, si incumplen la ley normal, no las leyes específicas que se están haciendo para medios de comunicación, que se les caiga el pelo. El problema es la sobre-regulación y el exceso de organismos de control que están dominados por los políticos de turno. ¿Alguien se cree que con ERC y CiU ahí mandando el CAC va a hacer algo de manera independiente y objetiva? Pues con el resto de consejos y comisiones, tres cuartos de lo mismo. Un abrazo

  2. El escribir sólo para expresar mi conformidad con tu artículo o mi envidia por tus dotes de buen escritor me parece que no procede. Me abstendré en lo sucesivo de darte más coba; pero mis sentimientos hacia Telecinco y similares me los has desatado tú. Yo tengo ya muy mayores los hijos – y casi todos los nietos – para que se hayan desencantado de los programas «basura» (¡cómo le habrá gustado a tu suegra lo de la coprofilia…!). Pero es terrible leer cuáles son los programas preferidos por la audiencia española en general. ¡Y yo, que preferiría que se los tragaran sólo los de la Audiencia Nacional! (no sé por qué la ligo con lo de «copros»… con ómicron y/o omega, ella sabrá).

    • Gracias Padrino, por leer, comentar y por los elogios. Mira; ese sería un buen castigo para los políticos desvariados y los jueces con averías, castigarles a estar una semana entera, día y noche, viendo Sálvame, Gran hermano y entrevistas con Nicolás, Paquirrín y la pechotes. Un abrazo.

  3. Querido Carlos; Estoy completamente de acuerdo contigo en que no hace falta que nadie nos controle lo que podemos ver o no. Aunque Tele 5 y el programa de Sálvame me parece lamentable, pero allá cada uno con lo que deben o no ver sus hijos. Un abrazo.

  4. Carlos,
    estoy de acuerdo en la mayor, pero permitir cualquier cosa en lo que la autoridad competente ha definido como «horario de protección» no se compadece con la prohibición de emitir determinados anuncios en ese horario. Es completamente inconsistente. Así que, o se abre la mano a todo, o se aplica la protección del menor a los programas, como se hace con la publicidad.
    Yo lo que echo de menos es que haya dibujos y programas infantiles, como cuando eramos pequeños, en vez de esos shows cutres en que la gente se despedaza y grita…

    • Gracias, Sylvirito. Es lo de siempre; ¿Por qué T5? ¿Por qué justo ahora? ¿Por qué no cualquiera de las cadenas que ponen culebrones, películas y telefilmes flipantes para el horario infantil? Hay varias respuestas a estas preguntas flotando por ahí. Respecto a las cosas que había cuando éramos pequeños, ya se ha hecho el intento en las cadenas nacionales, y no lo veía ni Blasete. Era otra época y sólo había un canal (2 en algunas provincias) y ningún otro elemento de dispersión salvo jugar con los amigos, los tebeos y los libros. Ahora entre móviles, consolas, ordenadores y la oferta mareante de canales, es imposible armar una programación infantil vespertina. Si acaso, en canales infantiles, que los hay. Un abrazo.

  5. La Resistencia Antiespañola es una organización política revolucionaria que lucha por la Independencia de todos los pueblos ocupados por el estado español,y está compuesta por todo tipo de personas de esos pueblos : vascos, galegos, catalanes, leoneses, canarios,etc. Todo el que lucha por la libertad de los pueblos ocupados por el fascismo imperialista español tiene cabida en la Resistencia.

    La Resistencia seguirá luchando por la libertad de los pueblos y naciones ocupados por el estado fascista español. Seguiremos luchando por el derecho a la libertad y la INDEPENDENCIA de los heróicos pueblos Catalán,Vasco,Galego,Canario,Leonés,etc. Todos los pueblos que luchan por la libertad contra el sometimiento de siglos por parte de la minoria imperialista españolista,tienen el derecho a conseguirlo y esa es nuestra motivación,ayudar a los pueblos a alcanzar su libertad mediante la INDEPENDENCIA.

    Adelante, Pueblos , no os rindáis, seguid la lucha por las libertades !!
    Viva la libertad de los pueblos que luchan por su libertad frente al ocupante español !!!

  6. Hola Carlos difícil reflexión la tuya en el día de hoy. Siendo cierto que el poder político lo impregna todo siempre con miras a sus intereses , alguien tendría que velar por el cumplimiento de la normativa que afecta a menores. Quien o quienes es lo difícil de determinar.
    Todo ello sin menoscabo de que la educación recae en los padres y con ello la responsabilidad de limitar el horario de televisión.

    Aprovecho para desearte una feliz navidad en compañía de los tuyos.
    José Antonio

    • Gracias, Andoni y perdona el retraso en contestarte. Yo no digo que no deba haber un control. Simplemente mi desconfianza en los políticos y mi experiencia, me dicen que la mejor manera es tener unas leyes y confiar en el autocontrol de las cadenas. Lo malo es que, cuando hay comités de estos, hay arbitrariedades. Por qué T5 y por qué ahora? Yo creo que no es casual, porque, si ves lo que emiten las demás teles entre programas y promociones de programas, comprobarás que esas normas del horario infantil se las salta todo el mundo a la torera. Y luego; ¿Quién pone el criterio de lo que sí es aceptable y lo que no? Como todas estas son preguntas de difícil respuesta, yo creo que, quienes deben velar son los padres de cada niño. Un abrazo y feliz Navidad.

Responder a lacabra Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *