EQUIVOCACIONES

Yo soy un tipo bastante romántico. Creo que no soy ñoño, pero claro, a alguien cursi, repipi, hortera o merdellón, no le preguntes si lo es, porque nadie así es capaz de reconocerse como tal. Vaya; las bodas, por ejemplo, son fantásticas para descubrir el gusto de la gente. Se supone que todos, cuando vamos a un evento social relevante, vamos con nuestras mejores galas y, cuando ves lo que es para cada cual “su mejor gala”, sabes si le confiarías o no el vestuario de tu familia. Si alguien va espantoso a una boda es que se ve bien así.
A lo que voy es a que yo no me considero ñoño, pero quizás algunas personas me dispararían en un pie si leyeran alguna de las cartas y poemas de amor que le he dedicado a lo largo de mi vida a mi mujer. Cuento esto porque yo, que, como he dicho, soy un tipo romántico-no-ñoño flipé ayer con la noticia de un juicio en el que se acordó una pena de 6 meses de cárcel para José Laparra, un ex presidente del Castellón, por asaltar la casa de una pitonisa aragonesa. Es curioso, porque es la segunda semana consecutiva que hablo del Castellón en la Cabra, pero es que la historia es de esas de llorar o de pena o de risa. Resulta que el ex presidente del Castellón estaba enamorado hasta las trancas de una señora. Al parecer Madame no le hacía ni caso y a Monsieur no se le ocurrió mejor remedio que encargar un conjuro de amor para que la hembra cayera rendida a sus pies. Hasta aquí puede ser el comienzo de una peli de Almodóvar. Lo que la convierte en una de Esteso y Pajares es que el dirigente futbolístico pagó ¡¡¡165.000 euros!!! por ese conjuro de amor. Y la receta era de esas que las ves en una peli de Disney y te parece que el guionista desbarra; debía lavarse con un agua en la que habían estado inmersas flores durante 40 días y, posteriormente, untarse por el cuerpo tierra de un cementerio. Puede que, para enamorar a Cruella de Vil, aquello hubiese tenido éxito, pero la paisana castellonense pasó millas del señor Laparra y él no entendió nada. Tras unos días de estupor y de tragarse el sapo de las calabazas, el enamorado decidió vengarse de la pitonisa y contrató a dos matones para ir a reclamarle el dinero a la bruja y a partir de ahí comenzó esta historia que hoy aparece en las páginas de los sucesos de los periódicos.
Yo no dudo de que Laparra sea un tipo romántico. Creo que su concepto del amor es un poco psicopático, pero lo que parece obvio es que para pagar 165.000 euros por un conjuro de amor hay que ser dos cosas; millonario y absolutamente gilipollas. Sin querer prejuzgar, porque no conozco a Laparra ni como ser humano ni como dirigente deportivo, no pondría yo en manos de este hombre el destino de mi empresa y no me gustaría verlo cerca de ninguna de las mujeres que quiero.
Pero hablamos con mucha ligereza de los demás y quizás todos tenemos en nuestra vida alguna equivocación gorda de la que arrepentirnos. No sé, hablando de política, ya que votamos el domingo; quizás Mariano Rajoy se arrepienta de alguna de las elecciones de personal que se han hecho en su partido. ¿Algún tesorero equivocado? Y no sólo en el PP ¿Algún adelanto electoral equivocado por parte de Susana Díaz? ¿Algún acercamiento equivocado de Artur Mas al independentismo y no sabe cómo salir de esa? Probablemente los partidos nuevos también hayan cometido errores, pero vamos a dejar que gobiernen los de Ciudadanos y los de Podemos, si llegan, y ya les daremos caña cuando les toque.
Porque ninguno podemos mirar atrás y no reconocernos en medio de un error. Uno de los míos, estuvo a punto de provocar un abuelicidio.
Era el año 1993. Acababa de nacer mi sobrino Javier y habíamos acudido en manada toda la familia a la casa de mi hermana que, entonces, vivía en Alicante. Mi abuela Julia había viajado desde Málaga para conocer a su bisnieto y estaba con nosotros allí pasando unos días. La hermana del recién nacido tenía un muñeco grimoso que era calcado a un bebé de verdad. Yo, que tengo ideas de bombero retirado (alguna vez tendré que preguntarme el por qué de esta referencia despectiva hacia los bomberos jubilados) decidí hacerle una broma a mi mujer; envolví al muñeco en la toquilla de mi sobrino recién nacido y entré en el salón con él en brazos. Cuando llevaba un par de minutos como durmiendo al supuesto bebé, se lo tiré a mi mujer, desde 3 metros de distancia, como quien pasa un balón de baloncesto. Mi mujer casi se muere del susto, pero la que estuvo cercana al síncope fue mi abuela, que, sin que yo la hubiera visto, estaba justo detrás de mi mujer y pensó que moría su bisnieto…
Primero tuvimos que atender a la Bisa, porque creíamos seriamente que le daba un pasmo. Luego hubo un momento de mucha risa nerviosa y, al cabo de unos minutos, la familia en pleno me estuvo echando una bronca tras otra por imbécil. Yo no sólo estaba abochornado, sino verdaderamente preocupado de ver lo cerca que uno está en ocasiones de salir en la sección de sucesos de un periódico por hacer el zopenco. “Un joven da un verdadero susto de muerte a su abuela”. Habría sido un titular de periódico que yo creo que no habría sido capaz de superar.

16 comentarios en “EQUIVOCACIONES

    • Gracias, Pepe el de Susana. La broma era genial, pero se me escapó el pequeño detalle de la entrada de mi abuela justo cuando yo estaba de espaldas a mi mujer acunando, supuestamente, al sobrino recién nacido. Un abrazo

  1. Esta vez no sé hacerte ningún comentario, porque no conozco al primer sujeto, el expresidente del Castellón.
    No sabía la idea que tuviste con tu sobrino Javier, ni el susto que diste a la bisa del bebé. Pero me hace gracia como todo lo tuyo, aunque ahí fuiste un poquito bruto.
    Me gusta sentirte con ganas de seguir con tu «cabra»

  2. Lo de Catellón es para nota, pero tú no te quedaste corto, «pa haberte matao», no se me olvidará nunca el susto que se llevó la pobre….y los demás que estábamos allí. Yo creí que no me daba tiempo a debutar como padrino 🙂

  3. No dejo de reírme imaginándome la cara de Teresa cogiendo al supuesto bebe por los aires…pero vamos…que pa matarte, filfil.. y de tu abuela ni hablamos!!

    El colega de Castellon es de flipar, pero es que como decía Revolver…»Si es que no hay no hay droga mas dura que el amor sin medida….» y el chico estaba namorao…..

    Me encantan tus cabras, 🙂
    Besote
    Marga

    • Gracias, Margarida. El de Castellón era de esos que se enamoran malamente. No lo querría yo de yerno ni regalao. Imaginas a semejante pirado enamorado de tu hija?
      Besos.

  4. Pobre abuela Julia.
    No conocía esa anécdota primo, pero de imaginarme la cara de la abuela y la situación me he reído un rato.

    Gracias.

  5. Hola Carlos, como me he reído con tu cabra; vamos que el de Castellón es para salir corriendo, y no mirar atrás. Como el título de una película española » Por que lo llaman amor cuando quiere decir sexo» pues esto es cuando quiere decir obsesión, un punto psicópata ya tiene. No se si él, Rajoy, Mas, etc….estarán arrepentidos de algo, pero yo desde luego alucino cuando leo en una revista, una entrevista en la que la respuesta del actor, modelo o lo que toque dice :»No, no, yo haría todo igual. No me arrepiento de nada en mi vida…..» Caray pues que suerte, anda que no me arrepiento yo de cosas, bueno esto de ser para los mortales como yo. Pero lo del muñeco-sobrino no me arrepentiría ni loca, me muero de risa al imaginar la situación, eso sí tu mujer, tu abuela y demás te podrían haber linchado y sí sales en la prensa, pero como gente educada, todo queda en casa. La bronca brutal supongo pero las risas después de los años al recordarlo, valen la pena creo yo. Un abrazo.

    • Gracias, María. Yo, a pesar de lo que cuento en esta Cabra, no suelo arrepentirme mucho de las cosas que he hecho mal. Vaya, no quiero decir que no reconozca que me he equivocado en muchas ocasiones, sino que creo que los errores ayudan mucho a saber cómo es realmente la vida. Y esos errores me han ayudado a vivir mejor, aunque, cuando los cometí, las pasé cantas. Evidentemente no hablo de cuando un error tuyo hace daño a alguien, que ahí claro que te arrepientes y pides perdón; me refiero a esos errores que, al que más daño hacen, es a uno mismo. De esos, por lo general, casi me alegro por lo que te enseñan. Ahora, lo de estar a punto de matar a mi abuela fue una risa, pero me llevé un susto gordo de verdad porque creí que se quedaba en el sitio… Un abrazo

  6. La broma es buena aunque a alguno le cueste el infarto 🙂

    Oye. ¿ Tú crees que Rajoy, Sanchez Iglesias y compañía estarán pagando por algún hechizo que les haga ganar las generales ?

    • Gracias, Andoni. Yo creo que a estos dos no los salva ni la Bruja Lola en sus mejores momentos, si es que alguna vez los ha tenido. Un abrazo.

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