Lo fina que tenemos la piel. Y no hablo solo de la del sobaco de la presunta futura vicepresidenta del gobierno de España, Irene Montero. Imagino que habrán conocido la polémica que ha montado un político conquense del PP al decir en Twitter que esperaba que la Montero se depilase el sobaco si iba a representar en un futuro a España.
La que han liado. Por supuesto con la letanía esa del “género” y los “micromachismos” por medio. Que no habría dicho eso si fuese un hombre. Que es inaceptable que se diga eso de la Montero. Que menudo machista, que cómo se puede fijar en sus pelos del sobaco y no en sus virtudes para acceder a la vicepresidencia… Y yo creo que no tiene nada que ver. A mí me puede parecer inoportuno, absurdo, innecesario el comentario, pero de ahí a hacer una causa (puede que judicial) contra el autor del tweet, pues creo que va un trecho gordo.
Sobre todo porque no es la primera vez que, desde la derecha, se habla de la gente de Podemos haciendo referencia a la falta de higiene personal de algunos representantes del partido morado. Como si, por el hecho de tener el carné del PP ya se te supusiera un olor corporal glorioso, una presencia impecable y una elegancia innata. Que me descojono.
Pero no tiene nada que ver con machismo o feminismo. Anda que no se ha hablado del pelo grasiento de Pablo Iglesias, que, frecuentemente, parece que acaba de salir de la churrería de freír 1.536 porras y 3.225 churros. O anda que no dijeron políticos del PP de todo sobre la fauna microscópica y de pequeños insectos y/o mamíferos que debían habitar en las rastas del diputado canario Alberto Rodríguez.
Cuando se hicieron aquellas primeras críticas a Rodríguez se atribuyeron más al clasismo que a otra cosa y los de Podemos estaban indignadísimos. Y da igual de lo que hablemos; asuntos así lo que dejan claro es que tenemos siempre la piel finísima cuando alguien nos toca esa fibra que nos hace saltar. Y depende de cómo pienses, esa piel fina se te resquebraja por un lado o por el otro.
En temas religiosos, por ejemplo, si eres de izquierdas te salta la piel fina si alguien hace un chiste grueso sobre musulmanes, Mahoma o Alá. Si eres de derechas, normalmente, la finura te surge si alguien hace un chiste grueso sobre curas/monjas, Cristo, Dios o la Virgen. Recuerdo, sin ir más lejos, la que se montó con las portadas de Charlie Hebdo o cuando unas feministas organizaron en Sevilla la procesión del “Santísimo Coño Insumiso” y las procesaron por un delito contra los sentimientos religiosos. O, más recientemente, se ha abierto investigación judicial por la exposición en Córdoba de una Virgen en una posición no muy casta con la mano en la entrepierna.
A mí puede no gustarme que se haga ese tipo de arte, ni ese tipo de humor, ni creo que deba uno ridiculizar o reírse de las creencias de otro. Pero ¿debemos convertir en causas judiciales lo que es expresión artística, de opinión o una creación humorística? Yo opino que no.
Esta semana se ha sabido que un poeta segoviano se enfrenta a una petición de 1 año y medio de cárcel por haber hecho unos chistes en Twitter. Él, como poeta, asegura que eran «aforismos» y que así deben entenderse. El problema es que esos aforismos o esos chistes los hizo sobre el pobre niño Julen en los días en los que se intentaba rescatar al pequeño en Totalán. Que podrán imaginar cómo de fina teníamos todos la piel respecto al niño, a su familia y a los que intentaban recuperar con vida a Julen.
Camilo de Ory hizo varios comentarios supuestamente graciosos en su cuenta de Twitter y hoy se enfrenta a una petición de cárcel y de indemnización por un delito contra la integridad moral de los padres del niño. Que, claro, aquí lo que hay que preguntarse es si el poeta pretendía hacer ese daño y si era consciente de que sus chistes iban a llegar a tener la repercusión que tuvieron.
Porque a la hora de valorar, es un poner, una calumnia o una difamación cuenta mucho el altavoz que utiliza el que delinque. O sea; no es lo mismo decir algo en una barra de un bar, que decirlo en un periódico local, hacerlo en una radio o en un programa de primetime de una cadena de Televisión nacional.
Cuando publicamos un tweet puede que lo que escribimos lo lean nuestros 100, 500, 3.000 seguidores, o puede que llegue a millones de personas si, por esas cosas de la vida, tu publicación entra en eso que hoy se conoce como “viralidad”. Si lo que pretendías era vender algo, pegas una campanada de la leche, pero si estabas haciendo un chistecillo chorra para que se rieran tus amigos poetas, y poco más, pues estás jodido. Que es lo que ha sucedido en este caso.
A nosotros pueden no hacernos ni puta gracia. Pero los chistes, los aforismos de Camilo, la procesión vaginal, la Virgen obscena o el tweet del concejal del PP sobre las axilas de Montero, no son ni para crucificar a nadie, ni, mucho menos, para abrirles un proceso judicial. No digo que, en algunos casos, no pueda o deba haber un reproche social e incluso que uno de los ofendidos le parta la cara con razón a los transgresores, pero tenemos que dejar de saltar como un resorte cuando alguien nos toca ese punto en el que nos brota el orangután.
Que el sentido del humor no es reírse solo de lo que nos hace gracia. Es reírnos también de algo que puede estar rozando nuestros principios más sagrados, sean políticos, morales, sentimentales, religiosos, de clase social o de género. Y, que si algo no nos hace gracia, no se nos ponga la vena como un cabo del Titanic y no nos surja el australopiteco para exigir a los jueces que actúen o a los políticos que legislen para que nadie más vuelva a hacernos tal afrenta. No es obligatorio que nos riamos. Lo que yo sí creo que es exigible, en el siglo XXI, es que no queramos quemar en la hoguera al que nos toca, aunque sea sin querer y muy levemente, los huevos.
Lo que pasa es que ahora con el tema de la libertad de expresión se ofende a troche y moche. Entiendo la libertad de expresión como la facultad de expresar tus ideas, pensamientos, proyectos, etc. con respeto. Esto último se lo pasan todos por el arco del triunfo. Casi siempre la piel fina está en la izquierda. Dicho lo cual, me gusta más Irene Montero depilada, es sólo mi gusto personal…
Abrazos Charlie y buen verano¡¡¡¡¡
Gracias, Tipi. El problema de todo esto es que gran parte de la expresión artística está basada en la transgresión. Y, sin la transgresión, no habría evolucionado Picasso al cubismo, ni Dalí al surrealismo, ni tantos y tantos artistas que escandalizaron con su manera de interpretar la realidad y el arte al que se dedicaban. Yo creo que la iobertad debe estar por encima de que esas transgresiones puedan molestar o puedan rebasar los límites del respeto a otras personas, a sus creencias, pensamientos, sentimientos o emociones. Respecto al sobaco, a mí, francamente, me da igual. Nunca dejaré de fijarme en una tía porque no esté depilada, salvo que la pelambrera me haga pensar que, en vez de con una mujer, estoy con un tío… Y lo dejo porque, con este comentario, igual alguien pide que se me haga una castración química… Un abrazo y buen verano para ti también.
También hay que tener en cuenta, porque es importante, que la trayectoria de Camilo como literato le avala. Tiene varios libros de aforismos (lo que él hace son aforismo y lleva mucho tiempo haciéndolo) y utiliza la actualidad para provocar la reflexión. La sonrisa congelada, la mueca incómoda final, es más la respuesta fisiológica nuestra ante una provocación que nos coloca en una situación incómoda. Pero el fin último era creativo. Y tratar de limitar la libertad de expresión o la libertad creativa de alguien es tratar, al fin y al cabo, de limitar la libertad de pensamiento. Hoy en día y en un Estado de Derecho. Es que clama al cielo.
¡Abrazo, Carlos! ¡Nos vemos dentro de nada!
p.d. Tu robotito vigilante me acaba de hacer sumar 16 + 4 para comprobar que soy persona. El nivel es un poco bajo. Creo que he conseguido permiso para publicar y el acceso al ejército como soldado raso. 😛
Gracias, Rebeca. Totalmente de acuerdo. Y mira que, cuando leí los tweets, no me gustaron. Pero creo que hay un ejército de correctos y correctores, de escuadrones con toneladas de papel de fumar, de ofendidos y ofendibles, de puretas que se rasgan la vestidura por una cosa, mientras se descojonan de la contraria… En fin. Espero que a Camilo no le pase nada, aunque entienda que los padres de Julen quieran partirle la cabeza. Respecto al robot, ten en cuenta que el dueño del blog es de letras puras y si me haces sumar un número par y uno impar, colapso… Besos y nos vemos pronto.
Hoy me has tocado la fibra sensible… así que te voy a demandar, jajaja. En fin, a mí tampoco me parece bien la judicialización del humor pero creo que se te ha escapado un pequeño detalle (o dos). En primer lugar, lo del tuit del señor del PP no aparenta intención de chiste sino de insulto o menosprecio. Y en segundo lugar, más grave aún, la diferencia entre el poeta segoviano y este señor radica en que uno representa a millones de españoles y está haciendo un comentario desafortunado sobre otra que representa a otro puñado de millones. Eso es lo grave. Que la gente bien de derechas de toda la vida se crean con derecho a establecer las normas del decoro parlamentario y de la estética de los representantes públicos, encima de forma insultante, prepotente y chulesca. Y, mire usted, por ahí no paso. No es de recibo. Me parece bien criticar a la presidenta del congreso si le pillan jugando al candy crush o al presidente si se coge un avión para irse a un concierto, pero la cortesía y respeto parlamentarios debería hacerles cerrar la boca un poco cuando se trata de cosas que no tienen nada que ver con la política. Porque mejor no hablar de tanta gente perfectamente depilada, afeitada, vestida y aseada que se dedican a robarnos y a hacer todo tipo de males. Yo prefiero que me represente alguien inteligente, íntegro, capaz y merecedor de respeto, con pelos en el sobaco o sin ellos. (pd.- espero que esta señorita no acabe siendo la elegida, por otra parte).
Gracias, Josesain. Respecto al tweet del pepetoso, depende de con quién hables. A la gente de derechas que lo ve le parece estupendo y en ningún caso un menosprecio. Es una opinión. Llamar «tipa» a la Montero, francamente, creo que está muy lejos del insulto. Y luego este pobre concejalillo de un pueblo de Cuenca, pues no da la sensación de que represente a millones de electores. Ya le gustaría. Yo creo que esto forma parte, como toda la vida, del juego de la política y unas veces llamaba tahúr el del PSOE al de UCD y otras veces el de AP llamaba asesino a uno del PSOE, o le acusaba de robar a manos llenas… Por mí como si se hace trenzas en las axilas la Montero o quien quiera. Pero tienes razón en que más que la higiene personal o el cuidado de la apariencia, deberíamos preocuparnos de que nuestros políticos tengan limpias las cloacas y los cajones de sus mesas. Y es curioso cómo se olvidan ellos de las corrupciones en las que han caído y cómo, al final, nos acabamos olvidando también nosotros al votar. La prueba la tienes en que, una vez más, los dos partidos más votados en las últimas elecciones (PSOE y PP) han sido los dos partidos que más nos han robado a los españoles en los últimos 30 años. Y tanto Pedro Sánchez como Casado piensan que les hablan de otros cuando les dicen que tienen coprruptos en sus respectivas formaciones. Un abrazo y no me demandes, que te doy dos hostias… 😉
Creo en la libertad de expresión, con los únicos límites de la ley y el respeto a los demás. También es cierto que los mismos que reclaman libertad de expresión para un rapero sin gracia son los que condenan a Arévalo por los chistes de gangosos. Hay que ser tolerante con los propios y con los ajenos, si no, es sectarismo.
Un abrazo.
Gracias, Sylvia. Ese es el problema; que lo que hacen los nuestros no nos parece ofensivo y lo que hacen los de enfrente, sí. Pero estamos en la era del sectarismo elevado a la máxima potencia. Un abrazo
Lo de Julen entonces es como lo del chiste que indica que el numero de judíos que caben en un coche es proporcional al tamaño y número de ceniceros que tenga ¿no?
O el de que un negro en el Polo es un blanco seguro…
O el dr. Robert que decía que los catalanes tenían el cerebro más grande que los castellanos.
Ahora Torra con el desprecio a nuestro lenguaje.
El cantante ese que decía que mataras a un guardia civil, etc.
etc, etc, etc. Es decir todo este alegato nazi, racista, es simplemente mal gusto, la libertad de expresión aquí no entra ¿no?
No entiendo entonces por qué les afecta tanto a nuestros políticos que se metan un poco con ellos, sea con sus axilas o con lo que sea. En este mundo hay que saber reírse de uno mismo antes de dar el coñazo a los demás.
El otro día leí una reflexión que hablaba de volver a la praxis griega de elegir políticos por sorteo.
Viendo el esperpento de estos días creo que se pondrían antes de acuerdo para hacer un pacto de estado.
Gracias, Andrés. Yo no estoy de acuerdo ni con el rapero, ni me hacen especial gracia algunos aforismos, ni aquel artículo de Arcadi sobre el síndrome de down… Lo que sí creo es que esas personas que crean distinto, opinan diferente, cantan tocando los cojones deben tener todo el derecho del mundo a hacerlo y no deben ir a la cárcel por eso. Como la chica aquella que hizo un chiste sobre Carrero. Me parece de mal gusto, pero ¿Debe ir a la cárcel? Creo firmemente, que no. Respecto a los políticos que nos ha tocado padecer, ya no sé qué decir. La verdad. Un abrazo
Gracias Carlos. Bueno, partiendo de la base de que yo estoy muy de acuerdo contigo sobre el mal gusto de versus libertad de expresión, también he de asegurarte que la libertad de expresión no es un trágala y debe estar por debajo de la incitación al asesinato, del delito de odio y algún otro por ahí.
El chiste de la chica sobre Carrero no está en las dos categorías que te enumero.
El del rapero creo que sí. Realmente entraría en lo que técnicamente se denomina concurso real de delitos. Es decir que en la misma frase que dijo incurriría en los dos, en distintos grados por supuesto.
Porque qué pasaría si un descerebrado, fanático seguidor del rapero, al salir del concierto viese a un guardia civil poniendo una multa y lo embistiera con el coche hasta matarlo. Yo como abogado de la familia del guardia civil, seguramente me pondría las pilas para conseguir una imputación.
Y en cualquier caso, el mamón ese no debería estar muy tranquilo, porque salió por la frontera más pronto que tarde.
Gracias, Andrés. Si te das cuenta, en la Cabra no hago referencia a Valtonyc. La hago en un comentario. Pareciéndome un indeseable el tal Valtonyc, creo que incluso esos mensajes (te juro que me cuesta decir esto referente a este malnacido) deben estar protegidos si son una creación artística. Es cierto que no es lo mismo hacer un chiste que incitar al asesinato o hacer una apología del terrorismo, y que quizás esto debería tener otro tratamiento diferente, como lo tuvo. Pero, si cogemos una canción, por ejemplo, de Siniestro Total. Aquella que invitaba a «Matar Hippies en las Cíes». ¿Debemos pensar que, de verdad, los de Siniestro querían matar a esos hippies? Si algún orate hubiera matado a algún hippy en aquel entocnes, ¿Habrían podido demandar a Siniestro? No sé. Reconozco, como dices, que lo del rapero es diferente, pero aquí a lo que yo me refiero no es a defender a panolis indefendibles, sino a defender el que se puedan decir las cosas, que se pueda hacer humor o provocación con asuntos que tocan determinadas fibras. Yo dediqué una Cabra a cagarme en Arcadi Espada por aquello que dijo sobre las personas con síndrome de down, pero defenderé como un loco el derecho de Arcadi a poder tener una opinión diferente a la mía y a poder exponerla sin que se le crucifique. Un abrazo
P.D. Respecto a tu otro comentario, te copio aquí un reportaje de «El Español» con una recolección de las perlas del desgraciado de Valtonyc. Igual también lo entrullaron por decir algo fuera de un concierto, pero, lo que dice en las canciones pone a huevo que cualquier juez lo encarcele… https://www.elespanol.com/cultura/musica/20180220/canciones-rapero-valtonyc-ira-carcel/286472442_0.html
Y perdona, pero además en el caso del rapero, no es una canción, que podría entrar en la libertad de expresión. Creo recordar que el tío lo que hizo fue un discurso, un alegato, pidiendo a voz en grito matar guardia civiles.
Para seguir debatiendo.
https://youtu.be/HlvfB4LJ0EQ
Gracias, Diego. Jo-Der!! Ganas de verlo!! Siempre será algo que abrirá debates, algún dolor y algunas heridas. La pregunta es si alguien debe o no recibir una demanda judicial por ello y eso es lo que no todo el mundo tiene tan claro. Un abrazo
Querido Carlos, leo tu cabra mucho después de escribirla. La verdad es que suscita a la opinión. Uno de los valores que me han enseñado en mi casa por encima de todos es el del RESPETO. Todos los casos que has ido tocando carecen de este valor moral. En mayor o menor medida, sabemos, que hay una intencionalidad dañina. Las consecuencias son una pérdida de tu dignidad como persona y, por tanto, al que más estás perjudicando en a ti mismo. Por supuesto que hay libertad de expresión para hacerlo, pero no es el mejor camino para que los demás también te respeten. Cualquier persona que tengas enfrente de ti merece un RESPETO ABSOLUTO. Si lo ves de esta forma no se te ocurre decir «que asco de pelillos», «imágenes obscenas sobre la Virgen», «chistes de mal gusto sobre Julen»…
Necesitamos ser más empáticos con los demás. Cuando vas a hacer un comentario, piensa en como le puede repercutir al otro.
Gracias, Querido Manolo. Por supuesto que sí. Yo parto de la base de que lo esencial para que no acabemos a leches, es que nos respetemos. Indudable. Lo que yo no tengo tan claro es que los que no nos respetan por nuestras creencias, imagen física o sentimientos deban ir a la cárcel o verse envueltos en un proceso judicial que les genere antecedentes penales. Yo no entiendo esas bromas, ni esos comentarios, ni esas procesiones, pero tampoco creo que la solución sea empapelarlos. Como dices, es un asunto que da para debatir y me alegro de que lo hagas. Un abrazo