Reconózcanlo. Han pensado mal al leer el título de esta Cabra: “Suegros”. Han dicho para dentro: “pero qué cosa mala le habrá pasado a este pobre hombre con los padres de su Santa”. Porque siglos de convivencia familiar no siempre cordial han conseguido que parezca fea la palabra. O, al menos, que nos suene espantosamente. Es como féretro o sepulcro que, para mí, son palabras bonitas, pero, por lo que implican, acaban resultando desagradables. Pues con suegro sucede igual. Bueno; es más con suegra porque, en el imaginario popular, la suegra es una señora insoportable que se mete en tu vida como un tumor y la única manera de extirparlo es con la muerte. Yo habré tenido suerte, porque ambos, mi suegro y mi suegra, han sido todo lo contrario a lo que la pronunciación de estas 6 letras genera en la mayoría de los cerebros de las personas.
Los seguidores más fieles de La Cabra habrán notado que dejé de escribir semanalmente en febrero. El día 13 de aquel mes, mi suegro estuvo a punto de morir y, desde entonces, el pobre ha estado varias veces más cerca del féretro y del sepulcro, que del mundo de los vivos. Y, en estos doscientos y pico días, la verdad, me ha dado tiempo a pensar mucho y a valorar la importancia de dos personas que llegan a tu vida sin elegirlas, en el pack matrimonial que adquieres cuando te casas. No puedo decir que quiera a mis suegros como a mis padres, porque mentiría. No se puede querer a nadie como se quiere a un padre y a una madre. Pero sí puedo decir que les quiero mucho y que ambos han ayudado a que mi mujer y yo tengamos una vida mejor. Uno de los días en los que peor estaba mi suegro coincidió con un debate parlamentario muy enconado. No recuerdo de qué tema se hablaba, pero, como suele pasar en la política española desde hace demasiado tiempo, ahí estaban todos tirándose mierda los unos a los otros. Que si corrupción, que tú más, que eres un fascista, un bolivariano, que si la Ley de Memoria, que si las cunetas, que si referéndum, que si independencia. Y pensaba en que muchos de los que hoy se dedican a la política, deberían haber tenido un par de conversaciones con mi suegro. Mi “Padre en la Ley”, como dicen los británicos, es de los hombres más tolerantes que he visto. Es un español de contrastes porque tiene un carácter difícil, pero es de los tíos más afectuosos que conozco; no se le escapa un cumpleaños y, siempre, dedica un rato de su vida a comprar un regalo con el que agasajarte. En los niños, su carácter hosco y su voz potente y algo cascada, generan dos sentimientos; o el espanto más absoluto, o la admiración más rendida. Ningún niño es indiferente a mi suegro. Ni tampoco ningún adulto, porque es un tío gruñón y a la vez una de las personas más generosas que he visto en mi vida. Es muy inflexible y rígido para algunas cosas y, sin embargo, es un liberal profundo, aunque lleva en el ADN y en sus primeros años de vida una herida que le podría haber hecho un crispado de los que tanto gritan hoy en la tertulias. Cuando él tenía dos años escasos se llevaron a su padre a Paracuellos. En pijama. Y nunca mas lo volvió a ver. Y mi suegro aceptó ese espanto. Y aceptó que tras la muerte de Franco pudieran hacer política aquellos a los que se acusaba de la muerte de su padre. Y, curiosamente, tiene una visión de la vida, si acaso, más cercana a esa ideología que acabó con su padre que a la de los que eran de su supuesto bando. Y si alguien como él es capaz de exigir tolerancia, concordia y respeto para los que opinan diferente a nosotros. ¿No podemos hacer el esfuerzo, 80 años después, aquellos a los que no nos pasó nada? Pues parece que no. Y ahí estamos enredados y sin capacidad, ni gana alguna, de salir de la enorme madeja en la que nuestros políticos nos tienen atrapados desde hace ya años.
Sé que el tema da una pereza cósmica, pero es que acabo de oír en RNE a la portavoz de Podemos Irene Montero diciendo que “los ciudadanos y las ciudadanas catalanas lo que quieren es expresarse y hacer algo tan democrático como votar”. Y seguimos con que si la abuela fuma cuando los ciudadanos catalanes, que yo sepa, fueron convocados a las urnas 3 veces en 5 años por un President que pedía suficientes votos para plantear el “gran repte” y, por 3 veces, esos catalanes para los que hoy pide el voto Montero, le hicieron una enorme peineta a los independentistas y les han dicho que se monten y pedaleen. Pero no. Queda mucho mejor invocar la democracia, la libertad y el derecho a expresarse aunque, cuando el pueblo se expresa, si no dice lo que a ti te gusta, pues te parece mal y, como está pasando ahora, haces lo posible por pervertir la Ley para poner el terreno de tu parte.
En fin. Que dan ganas de mandar a todos estos a la habitación del hospital en la que está mi suegro (ya sentiría hacerle semejante faena) a ver si les daba a todos unas lecciones de democracia, de tolerancia y de liberalismo de verdad. O no. Para qué. Iba a servir para poco porque los políticos tienen tanta tendencia a modelar la realidad para adaptarla a su antojo que me recuerdan a la madre de un amigo mío que, a pesar de peinar muchas canas, seguía conduciendo como una loca por las carreteras de España. Un día, hace ya años, hizo un trayecto de 400 kilómetros en tres horas escasas. Cuando llegó al destino, su hijo le regañó y le dijo: “Pero, por Dios, ¡no puedes conducir tan rápido!”. Su madre, con la sinceridad que da la vejez, como si fuera la portavoz de cualquiera de nuestros partidos, le dijo: “Te juro, hijo, que no he pasado de 170”.
Las urnas dijeron que no a la ruptura unilateral, o al referendum «no pactado».
Pero si se cuentan los partidarios del «referendum pactado» y los partidarios del «referendum, como sea», resulta que sí, que el Parlament tiene una clarísima mayoría favorable a un referendum pactado (que hoy por hoy, es imposible, y no hay voluntad de hacerlo posible… pero esto es otro tema).
Lo que ha dicho Irene Montero (“los ciudadanos y las ciudadanas catalanas lo que quieren es expresarse y hacer algo tan democrático como votar”) creo que es obvio. Así lo expresan mil encuestas, y así lo expresa la representación parlamentaria. Una mayoría quiere votar.
De ahí a lo que está haciendo el gobierno de JxS hay un trecho, y varias violaciones de lo que debería ser una democracia. Pero lo que ha dicho Montero es lo que ha dicho, y no otra cosa: «una mayoría quiere votar». Votar de cualquier manera… sólo unos pocos.
Gracias, Susana. Pero estamos de acuerdo en que las cosas hay que hacerlas conforme a la Ley y el problema es que, cuando se invoca la Ley, la mayoría de los que exigen la Independencia y el referéndum te miran como raro. En España el pueblo no habla con mil encuestas, ni con artificios sobrevenidos como esto que están haciendo ahora, sino en las urnas. Y, en las urnas, a los que proponían ese gran reto, se les dijo que no, aunque la aritmética parlamentaria dé una exigua mayoría a esa amalgama extraña de comunistas, anti-sistema, capitalistas y burgueses de toda la vida, que se han juntado para convertir esto en algo glorioso invocando la democracia, la libertad y el derecho al voto. Tres cosas magníficas que da nuestra Constitución y que, por las vías que establece la Ley, las tenemos a nuestra disposición cuando queramos. Un saludo.
Querido Carlos, cuanta razón tienes con tu suegro, como bien sabes yo le tengo un inmenso cariño y suscribo punto por punto todo lo que dices de el.
Sobre tu suegra no dices mucho, pero ya lo digo yo, es si cabe aún mejor que tu suegro.
En cuanto a ellos también han tenido una enorme suerte contigo.
Un fuerte abrazo
Jaja! Gracias, querido Pepe!! No me eches a la suegra encima, que he hablado casi más de ella que de mi madre en esta Cabra… 😉 Y no sólo de ella; las Cabetas en general recibieron elogios en una cabra que se llamaba «El Niño Honrado» en la que decía: «No es por nada, pero mi mujer es una de las tías más listas que conozco y no es de esas personas fáciles de convencer de una u otra cosa. No sé si es por esa inteligencia o por el hecho de que pertenece a una estirpe de mujeres educadas en la autonomía personal, porque, en unos años en los que las mujeres no estudiaban y se quedaban en casa con la pata quebrada, mi suegra y sus 8 hermanas estudiaron carrera universitaria y aprendieron a tomar las decisiones sobre sus respectivas vidas. Vamos, lo que quiero decir es que, si cogemos el concepto de mujer sumisa y entregada a su marido, tipo Geisha, mi mujer, su madre y sus tías no dan el perfil.» Tu suegra y la mía son tías impresionantes, pero la de hoy hablaba de gente tolerante y en eso mi suegro tiene un histórico tan especial, que merecía el comentario. Un abrazo para todos los ADH-Cabetas
El problema es la confusión premeditada que hacen los independentistas/Generalitat para así poder barrer para su lado.
Dicen que el Estado no les deja expresarse libremente y que la democracia es lo primero.
Aquí hay varias falacias.
Primera, el Estado son ellos también. La Generalitat es el Estado en la Comunidad Autónoma de Cataluña.
Segunda, llevan 40 años expresandose librementey votando libremente. En España está consagrado el derecho a la libertad de expresión y el derecho al voto, y son ambos inalienables. Solo están regulados por los posibles conflictos con otros derechos como el del honor, la intimidad, etc. El derecho al voto ni siquiera se le puede privar a un convicto…
Tercero, lo que de verdad dice el Gobierno de España, que no el Estado, es que no se puede uno saltar la ley. En ningún momento dice que no se pueda plantear, discutir, y conseguir la segregación de Cataluña (o de la provincia de Zamora, da igual), sino que se debe de hacer de acuerdo a la ley y no como una imposición y a las bravas. La Constitución contempla ella misma un mecanismo de modificación que permitiría la segregación de una parte de España. El asunto es que hace falta seguir un proceso largo y complejo, y tener unas mayorías sociales que los independentistas sabes que ni tienen ahora ni van a tener nunca.
Cuarto, para que haya democracia de verdad tiene que haber unas reglas de juego pactadas y aceptadas por todos. El Gobierno no hace más que recordar eso, y decir que, entre esas reglas acordadas entre todos, está la de que al que se salte las reglas se le atiza (le cae la justicia encima).
Pero claro, cuando explicas estas cosas a los independentistas, acuden al tópico de que eres un fascista, etc, etc.
Qué agotamiento, qué hartazgo…
Yendo al tema de los suegros, yo tampoco encajo en el tópico de suegros=demonios.
A mi suegro no le conocí, y me da una pena terrible porque me consta que era una persona excepcional.
Y mi suegra es otra persona excepcional, generosa como nadie, divertida como pocos en este mundo, inteligente, culta, sensible, una madre entregada y una abuela como de cuento.
Para terminar, un chiste: «¿Sabes cómo se dice suegra en griego? Estorba»
Abrazos, querido Carlos.
Gracias, querido Copi. Desde luego ni tu suegra ni tu suegro (q.e.p.d.) dan el perfil de suegros odiosos. Todo lo contrario. Tenemos que hacerle a Charra ese homenaje que merece. Y centrémonos en los que queremos y nos quieren. Los otros, efectivamente, provocan hartazgo. Un abrazo
Hola Carlos, qué días duros habréis pasado.
La reacción de tu suegro ante el horror de perder a su padre de esa forma, los años vividos en la transición, la aceptación y pasar pagina a una guerra que se mataron entre hermanos, a una dictadura para pasar a una democracia es de una generosidad que hoy en día no se encuentra fácilmente y menos por mucho que me asombre en la gente joven a veces tan intransigente.
Así es como debería ser, seguir adelante no quiere decir olvidar, no debemos olvidar, pero no de una forma rencorosa, no se debe olvidar a los seres queridos y a los horrores. Y hoy prefiero ni tocar la política, está vomitiva.
Espero que se recupere pronto tu suegro, y pueda seguir dando a sus nietos ese valor esencial y tan menospreciado hoy, que es la tolerancia y no solo en política sino en el día a día.
Sé que eres una persona religiosa y no te mando ánimo ni fuerza, solo un abrazo fortísimo.
Gracias, María. Efectivamente está la cosa de vomitar y mejor centrarse en buenas personas que nos enseñan lo importante de la vida. Y, por cierto, cuando he visto escrito «Sé que eres una persona religiosa» me ha sorprendido porque yo no me definiría así, pero, efectivamente, soy una persona religiosa. Un abrazo
Ay Carlos, que no he querido definirte, no me atrevo a eso; voy imaginando a las personas por sus escritos y reflexiones aunque con un gran margen de error, claro.
Oye, que no me molesta en absoluto! Que, simplemente, me ha hecho gracia porque yo, que soy religioso, no me habría calificado nunca así, porque se asume en la calificación una ortodoxia y un cumplimiento de los cánones en el que yo no entro ni a tiros… 😉 Un abrazo y buen viernes.
¿Sabes lo más curioso?, que en ese ataque de que decida el «poble» se han olvidado en su nueva constitución de regular el derecho a decidir de la nueva República catalana. Que digo yo que ya que son tan demócratas, podían dejar que si Badalona, por ejemplo, el día 2 de octubre decide separarse de Cataluña, pudiera instar un referendum por el derecho a decidir…………..pero creo que ese artículo de la nueva constitución se les ha pasado, y no sé por qué, me temo que no lo van a incluir
Gracias, minmano. Ya. Son una pereza de tíos. En fin. Y lo que nos queda por ver. beso
Chif:
Preciosa Cabra.Tu suegro – y tu suegra, de envidiable swing y certeros golpes de madera- tiene la inmensa fortuna de tener a un yerno estupendo. Y veo que compartís grandes valores humanos (*). Le deseo una muy pronta y definitiva recuperación, a la que tanto estáis contribuyendo los «Chiflis» y los «Traviesis».
Abrazos,
Juancho
(*) Gruñidos incluidos
Gracias, Mac. Muy bueno lo de los gruñidos (qué cabrón), aunque yo, en ese aspecto, no intentaría competir con mi suegro… 😉 Ahí sigue el tío pedaleando. Y realmente los que están contribuyendo son mi mujer, sus hermanos y mi suegra, que están ahí a piñón junto con Óscar, un tío majo que les ayuda a cuidarle. Un abrazo
Qué alegría que vuelva la cabra a su cita semanal. Lo único que lamento es no ser capaz de discrepar ni de una sola letra, es que estoy de acuerdo hasta en las comas, así que hoy no daré espectáculo, jeje. A cambio, lo comparto con mis amigos electrónicos. Un abrazo.
Gracias, Josesain. Yo también me alegro de este reencuentro electrónico, aunque habría que proponerse uno en persona humana, pero ya. Yo echo de menos cuando no tocas las bowlings en la Cabra. Pienso (siempre que pasa eso) que estoy haciendo algo mal… 😉 Un abrazo
Lo de Paracuellos ha dejado huella en cualquiera relacionado directamente con el tema.
Sobre Cataluña uno, ya mayorcito, diría que nada nuevo hay bajo el Sol, y a riesgo de ser tildado de facha dejo este profetico discurso de hace más de ochenta años para el que tenga la paciencia de escucharlo.
https://youtu.be/TXnmAlCilm4
Gracias, Tamaran. Por desgracia para España, dejaron huella tantas burradas de uno y otro lado durante la Guerra Civil, que lo mejor que podríamos hacer es mirar hacia atrás con voluntad de concordia y hacer lo posible por entender al de enfrente, que creo que es lo que nos falta. Respecto al vídeo, que he escuchado con atención, francamente, y lo digo con todo respeto, no creo que el falangismo fuera a ser ninguna solución para el problema que tenemos con Cataluña. Con los discursos y con los libros fascistas y comunistas me suele pasar que escucho y/o leo cosas muy ciertas, otras muy bonitas que me llegan al alma y otras que me remueven. El problema es que a ambas ideologías se les olvida el pequeño detalle de permitir que haya otros que no opinen igual y llevan en sus programas la eliminación del sistema de partidos y la aniquilación del disidente, del sufragio universal, de muchas libertades individuales y, en definitiva, de la democracia misma. Y yo, por eso, por muchas cosas buenas que puedan decir en sus discursos, prefiero que no tengan la oportunidad de gobernarme. Un saludo.
Hola tío 2do, comparto tu publicación porque comparto tu idea que tienes de los suegros. Los suegros son PERSONAS y muchas veces, como todos nosotros se equivocan, pero también hacen muchas cosas por nosotros que quizás no sabemos ver. Hay que recordar que gracias a ellos estamos con esa persona que nos llena la vida.
Un fuerte abrazo.
Hola Sobrino! Gracias por leer y comentar. Efectivamente, aunque es cierto que hay algunos que no han tenido tanta suerte como nosotros. Un abrazo.
Un beso grande a todos y mil gracias Carlos por recordarnos lo maravillosos que son los tíos. Todavía recuerdo cómo nos enseñaron lo que era la democracia en las primeras elecciones. Y cómo cada vez que el tío Alfonso venía a Barcelona, acompañando a Juan al Doctor Barraquer, venía a nuestra guardería (entonces Lorenzo y yo teníamos 3 y 4 años) con caramelos para todos los niños y todos salían diciendo «el tío Alfonso, el tío Alfonso», todos le adoramos; cariño y generosidad a caudales! Un abrazo gigante a la tía Mayte y a todos vosotros!
Hola Jimena! Pues mira, hoy hemos tenido la magnífica noticia de que le retiran el aislamiento!! El pobre está feliz. Ojalá sea el primer paso para la recuperación definitiva. Yo creo que he tenido mucha suerte con mis suegros. Y me apetecía contarlo. Un beso gordo
Carlos, llego tarde, a la cabra de esta semana y a comentar, esto me ha llevado bastante más tiempo del debido, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de hacer diversas cosas: recordar a tus suegros a los que quiero no mucho sino muchísimo. Ser consciente, una vez más, de que el día a día se impone demasiadas veces antes los sentimientos y ése es un error de los graves. Y para terminar decirte que, en mi humilde opinión, unir en la misma cabra a tus suegros y el panorama político español no es la mejor idea. No porque no tengan sentido tus planteamientos sino porque lo segundo me asquea tanto que no lo juntaría con nada que realmente aprecie. Quizás me esté volviendo radical yo también, en fin, es lo que hay.
Gracias, Álvaro. Jaja. Lo de mezclar churras con merinas, es mi especialidad. Un abrazo