PETICIONES RARAS

Es lo bueno y lo malo que tiene Internet. Se me ocurren muchos motivos para pensar que es una de las mejores cosas que nos han pasado en los últimos años y otros cuantos para pensar que nos ha hecho la cusqui. Hombre, sucede con muchas cosas en la vida; que tienen el ying y el yang, lo blanco y lo negro, lo claro y lo oscuro. Decía Baura que nada es blanco o negro, que hay una gama de grises enorme, pero que hasta un jersey gris perla tiene en su reverso un gris más claro. Baura ni soñó con Internet pero es cierto que pocos inventos nos han cambiado tanto la vida a mejor, y pocos inventos, a la vez, nos han afectado a la intimidad y a las relaciones personales de una manera tan invasiva. Pocos avances nos han ayudado más a comunicarnos con los demás y pocos avances nos han conducido más al aislamiento con el que tienes a medio metro. Pocas veces una propuesta popular ha obtenido más éxito en menos tiempo, pero pocas veces también, el que quería hacer daño a otros ha tenido un altavoz tan enorme y tan poco riguroso como el de las redes sociales.
Digo esto porque hace unos días me sorprendió una petición que hizo un señor llamado Valero Rioja, a través una web de iniciativas populares, en la que el promotor se ciscaba, directamente, en el derecho de huelga. Imagino que todos estarán al tanto de la huelga de limpieza urbana que hay en la capital de España y de las burradas que están llevando a cabo diversos piquetes impidiendo que trabajen los servicios mínimos y esparciendo toneladas de basura por las calles. Ante estos desmanes, el ciudadano Rioja ha solicitado a las autoridades, a través de www.change.org, que intervenga el ejército para limpiar las calles y hacer el trabajo que no están haciendo los huelguistas.
A ver. Yo no estoy defendiendo a los cretinos que participan de manera violenta en los piquetes, ni a los que están destrozando papeleras y contenedores y esparciendo detritus por Madrid. Pero, oiga, sí defiendo el derecho de estos trabajadores a hacer su huelga y el de los piquetes informativos a informar a los que no siguen los paros. Lo malo, que hay que decirlo todo, es que estos piquetes informativos normalmente lo que hacen, más o menos y permítaseme la licencia, es decir: “te informo de que, si no haces huelga, te voy a calzar dos hostias, esquirol de mierda”. Y en estos días, algún sopapo han calzado los piquetes. Y ha habido actos vandálicos. Yo sí apoyaría, por ejemplo, una petición para que la policía actúe con firmeza contra los vándalos. No sé qué estúpidos prejuicios nos llevan a permitir que la gente en diferentes manifestaciones, celebraciones deportivas y jornadas de huelga haga el burro por nuestras ciudades sin sufrir ninguna consecuencia. En casos de estos, si actúa la policía y alguno se lleva una leche más alta que otra, pues se siente. Pero, si yo fuese ministro del Interior, ponía a la policía a ser inflexible y a identificar a todos los que rompan una papelera o vuelquen un contenedor y que caiga sobre ellos el peso de la ley. En estos días, por lo visto, se ha identificado a más de 200 vándalos y se ha detenido a una decena escasa. Pero no sé por qué me temo que, como sucede habitualmente, se van a ir de rositas y sin pagar lo que hayan roto, que es lo que impediría que, en el futuro, lo hicieran tan alegremente.
Claro que, bien pensado, también podría el ministro del Interior hablar con la Alcaldesa de Madrid y pedirle que pongan un poquito de buena voluntad para arreglar el asunto. Resulta que, en la última renovación de los contratos con las empresas concesionarias de limpieza, el ayuntamiento rebajó los precios en un 16% y dejó a cada empresa que se comiese su marrón correspondiente. Lógicamente, ante esta situación, las empresas han tenido que ajustar costes y ahí surge la posibilidad de los ERES y las protestas de los trabajadores. Pues en todo esto la Alcaldesa Ana Botella se está poniendo, medio de perfil, exigiendo a ambas partes que lleguen a un acuerdo como si ella no tuviera nada que ver ni con el origen de la huelga ni con el hecho cierto de que la inmundicia está invadiendo nuestras calles.
Mientras la Botella juega a hacer de Cleopatra en un friso, la petición del señor Rioja ha alcanzado las 30.000 firmas. Lo malo para él es que otra petición de los trabajadores de limpieza de Madrid pidiendo que se respete su derecho a la huelga le ha duplicado y van ya por las 66.000. Y, por cierto, ya que hablamos del poder de Internet, a ver si sacan un ratín, se pasan por www.bancodealimentos.es y, como les proponía la semana pasada, se apuntan como voluntarios a la recogida de alimentos de los días 29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre. Necesitan 20.000 personas y, de momento, no llegan a las 10.000. Son 4 horas de nuestro tiempo para recoger comida y poder dársela a miles de familias que el otro día se preguntaron si a César Alierta le patinó alguna neurona cuando tuvo las santas criadillas de decir que se ha acabado la crisis.