LA PAJA Y EL OJO

Pido perdón desde el comienzo por este titular que a algunos puede parecer bajondino, como decía mi tía Amelia, y a otros cacofónico. Pero llevamos varias semanas en las que asisto atónito (que es otra cacofonía) al espectáculo de nuestros políticos viendo la micropaja en el ojo ajeno sin percatarse de que llevan una de las vigas del Titanic incrustada en el ojo propio. Y me explico.
Empecemos por la corrupción. Es grotesco ver a portavoces del PP golpeándose el pecho cuando hablan de los ERES de Andalucía, y mirar para otro lado, tiroriro-tiroriro, si preguntas por Gurtel o por Bárcenas, al que Rajoy sigue llamando “ese señor”. Y lo mismo sirve para los del PSOE que acusan al PP de ser el partido de la corrupción sin que les dé la risa y ahí tuvimos hace unos días en el Congreso a Sánchez y a Rajoy debatiendo sobre quién es peor. Porque ellos, en esas situaciones, son capaces de contener la risa, como el Presidente del Gobierno, que logra acabar la frase cuando afirma, contundente, tres veces en menos de un mes, que “en España, el que la hace la paga”. Y, hombre, señor Rajoy, que a veces la pagan, pero si ponemos en un platillo de la balanza a los que están en el trullo y en el otro a los que están fuera rascándose la tripa, adivine usted hacia qué lado se vencería la báscula.
Lo que me resulta más sorprendente es ver a los profetas de la limpieza democrática, a los que suponía que iban a venir con la escoba, utilizando también la estrategia de los partidos de la casta. O sea; si me acusan de algo, me indigno y, a partir de ese momento, miro para otro lado a ver si el problema deja de estar ahí. Y eso pasa mucho; gentes que, cuando tienen un problema creen que, al dejar de mirarlo, desaparece. A mí me parece patética la manera en la que están gestionando los de Podemos el asunto de Errejón o el de la novia de Pablo Iglesias, y confío en que el líder mesiánico me perdone el machismo. A ver; que uno de los límpidos jóvenes que van a regenerar nuestra democracia se lleve una beca de la Universidad de Málaga no es escandaloso. Pero, claro, si se cuenta después que el que convoca la beca es colega de Errejón y que le hace una convocatoria en la que faltaba poner una foto suya diciendo: “y tienes que parecerte a este tío”, pues el asunto mosquea. Si se añade que el convocante permite que el becado se salte todas las reglas impuestas y que, además, va a hacer un estudio sobre vivienda en Andalucía, desde Madrid, la cosa empieza a apestar. Y ya no entro en si, con la hiperactividad televisiva y “eventística” de Errejón, pudo dedicarle a la investigación las 40 horas semanales de su contrato, pero parece que muy limpio, muy limpio, no es. Y lo de la novia de Iglesias, pues tres cuartos de lo mismo. Que la empresa de tu hermano se vea favorecida con varios contratos del ayuntamiento en el que trabajas o en el que has trabajado, pues suena raro. Es como lo de la Mato. Quizás la ex ministra no cometió ningún delito, pero hombre, pensar que ella no sabía quién pagaba el cochazo de su marido, o las fiestas de cumpleaños de sus hijos, pues suena raro también. Y lo malo es que los fans de Podemos, cuando les afeas estas conductas, como están extasiados con el líder, te sueltan algo muy gracioso que se está poniendo de moda: “ya estáis con la equidistancia”. Que viene a ser una manera de decir: “hombre, no es lo mismo robar mil que robar un millón”. Y es cierto, aunque lo malo, se pongan como se pongan, es robar.
Pero, como decía al comienzo, lo de la paja o la viga y el ojo no es exclusivo de la corrupción. Yo hacía mucho tiempo que no flipaba tanto como con la frase que soltó el lunes Artur Mas en la que dijo que la legitimidad a veces está por encima de la legalidad. Cooooñoooo. O sea, por poner un ejemplo; con tanta corrupción y tanto despilfarro de dinero público, la indignación de la gente con los políticos que hacen recortes sociales es legítima, ¿No? Pues entonces ¿por qué se molestó tanto el señor Mas con los que fueron a dar por saco al Parlament a boicotear el pleno en el que se debían aprobar unos presupuestos con numerosos recortes sociales? Se supone que el cabreo ciudadano es más que legítimo, pero cuando un juez absuelve a los que cercaron el Parlament, Mas se indigna tremendamente.
La Historia está llena de líderes políticos que han decidido por nosotros lo que está bien y lo que está mal. Lo que es legítimo y lo que no. Sin darse cuenta de que, por mucho que te legitime una encuesta, una manifestación de un millón de personas, o un pseudo-referéndum, en democracia, lo único que te da legitimidad es el voto en unas elecciones o en un referéndum con todas las garantías legales. ¿Estaba legitimado Franco para dar el golpe de Estado del 36 por los millones de españoles que apoyaban un cambio? ¿Estaba legitimado Hitler con una mayoría casi absoluta de votos para pasarse por el escroto las leyes alemanas en 1933? Yo creo que no. Y probablemente Mas piense que Franco y Hitler tampoco, pero ahí lo tienen en 2014 diciendo: la ley me la refanfinfla y otras cosas inquietantes al mirar hacia delante con su viga de disseny en la cuenca orbital de su ojo derecho.
En fin. Menos mal que ustedes me quitan la pereza que me dan los políticos que nos ha tocado sufrir. Quería darles las gracias a todos los que, tras leer la Cabra de la semana pasada, han aportado dinero para que el Doctor Tenorio siga investigando contra la hipertensión pulmonar. Como queda mucho para llegar a los 29.000 euros que se necesitan, pongo aquí el link de la Cabra anterior por si alguien quiere saber cómo se puede ayudar.
http://lacabraenelgaraje.es/2014/11/27/no-podemos-permitirlo/