VOTEMOS DE UNA VEZ

La verdad es que querría haber dicho “votemos de una puta vez”, pero me parecía excesivamente grueso para el titular de cualquier artículo. Y luego los algoritmos, el Zuckerberg y las madres que los parieron, lo mismo me colocan como contenido no adecuado.

Aunque pensándolo bien, quizás para muchos de los que lean hoy esta Cabra, este sea un contenido no adecuado. Porque yo estoy realmente cansado del tema de Cataluña. Hasta los huevos. He pasado en los últimos años por todo tipo de estados de ánimo, pero hoy se me mezclan, a partes iguales, la hartura y la preocupación. Mucha preocupación.

Porque no sé ustedes, pero yo creo que Cataluña, esta vez sí, ha llegado a ese callejón sin salida lleno de gatos en celo del que hablaba yo en una Cabra hace 5 años y medio. Puede que consigas llegar al final de callejón, pero va a ser complicado que salgas. Y, desde luego, si sales, vas a volver con arañazos hasta en el cielo de la boca.

Y ahí estamos. Porque me resulta deprimente ver cómo ha calado el mensaje que, desde hace años, les han ido soltando en las escuelas catalanas. Cómo la manipulación de los medios (TV3 es hoy lo más parecido a una televisión de dictadura comunista o fascista) les ha salido mejor que a Hitler, Franco o Stalin, por poner ejemplos de dictadores que usaron los medios a su servicio.

No estoy diciendo que en Cataluña haya hoy una dictadura. Dios me libre. Pero sí creo que en el independentismo, especialmente en los últimos 7 años, hay numerosísimos tics de esos que utilizan los líderes populistas que acaban conduciendo a sus pueblos a la gloria. Discursos trufados de mentiras o de manipulaciones grotescas. Control de la televisión más vista. Ridiculización del que no opina como tú. Exposición de banderas, de manera que, si no la muestras, no eres de los fetén…

Ayer me sobrecogía al ver a tantos y tantos niños y jóvenes bien instruidos participar en las festivas y pacíficas marchas hacia Barcelona. Porque pocas mentes son más proclives a recibir un mensaje victimista lleno de gloria como un alma púber o adolescente.

Dale un ideal a un chaval de 15 años y será capaz de matar y de dejarse matar por él. Y estos irresponsables llevan dándoles ese ideal desde hace años; Espanya nos quitó la patria, luego nos robó y hoy no nos deja vivir en libertad. Y es muy difícil ahora revertir esto. Yo lo veo imposible.

Y Dios no quiera que los enfrentamientos de estos días nos den un primer muerto, porque una muerte en cualquiera de los dos bandos nos puede poner en un escenario desconocido. Ya hemos tenido un muerto que, si se hubiera producido entre las filas de los independentistas habría sido utilizado. Pero no. Fue un turista al que le dio un paro cardíaco en el Aeropuerto de El Prat mientras estaba siendo sitiado por la turba.

Los médicos se apresuraron a decir que el óbito no había tenido nada que ver con los disturbios, pero si el muerto hubiera caído del lado de los manifestantes, habría que haber oído los lamentos en TV3 y las declaraciones dolidas de esos políticos que tan magníficamente adoptan el papel de víctimas de un estado fascista.

Porque ellos ahí siguen con su mantra de sentencia injusta. De venganza. Apoyados además por iconos catalanes como Xavi o Guardiola que hizo el otro día un discurso que parecía Martin Luther King diciendo “I have a dream”.

Porque ellos se sienten así. Los líderes independentistas catalanes no se parecen a Tejero, Milans o Armada. No. Son la versión moderna de Gandhi, Luther King y Mandela. Y cuando uno tiene una visión tan elevada de sus líderes, vete tú a contarles que lo normal, si te pasas la Ley por la bolsa escrotal, es que acabes en el trullo.

Por eso creo que esto no tiene arreglo. Personas inteligentes y tontas. Gente con pasta, de clase media y pobres. Niños y ancianos. Adolescentes y personas de mediana edad. Gentes de ciudad y de pueblos. Cuando uno mira las manifestaciones (hablo de las pacíficas) se da cuenta de que esa ensoñación de que Espanya les roba y que hay un mundo mejor con la independencia, ha calado de manera brutal. Y yo no veo el modo de repararlo.

¿Diálogo? ¿Con quién y sobre qué? ¿Cuáles pueden ser las reivindicaciones llegados a este punto? ¿Más autogobierno? ¿Otro reparto del dinero? ¿Un trato diferente al de otras autonomías? Ni de coña. Cuando te han estado dando nación a cucharaditas, de manera constante, durante años, no le vengas ahora al niño a darle autonomía.

Y, entonces, ¿qué hacemos? A mí lo único que se me ocurre es asumir que Cataluña va a dejar de ser España. Y visto que cambiar la Constitución va a ser complicado, yo haría un referéndum nacional (me refiero a nacional de España) y le preguntaría a la gente si quieren que Cataluña sea independiente. Porque creo que es posible que saliera que Sí.

Yo creo que no tiene sentido seguir alargando esto. Tanto que hablamos del daño que le haría a España que Cataluña se fuera. No creo que ese daño fuera mayor que el que nos lleva haciendo esta letanía constante desde hace 7 años y, sobre todo, desde el 1 de octubre de 2017. Daño económico. Daño a la reputación de España y de Cataluña. Daño al ambiente social. Daño a muchas relaciones de familia y amigos.

Y a mí no creo que me cambiara la vida. Aunque nos están poniendo difícil que les tengamos afecto, yo seguiré pensando en Cataluña como un lugar agradable al que ir y tendré más cariño siempre a los catalanes que, es un poner, a los italianos. Pero cualquier cosa será mejor que estar como estamos.

Así que votemos, coño. Y si sale que sí, dejemos que Cataluña se vaya, aunque no sé si ellos mismos se creen, de verdad, que van a estar mejor fuera que dentro.